La ruta de Flysh por la costa y el geoparque de Deba – Zumaia, uno de los tesoros naturales del País Vasco

La costa más occidental de la provincia de Guipúzcoa esconde un paisaje único. Se trata del Geoparque de Deba-Zumaia, con sus espectaculares acantilados formados a partir de rocas muy interesantes geológicamente. Tanto me gustó que hoy os quiero hablar de la costa y el geoparque de Deba-Zumaia, uno de los tesoros naturales del País Vasco.

Durante millones de años de historia, el mar ha ido modulando los estratos rocosos del parque formando y dejando a la vista placas magníficas, multitud de fósiles y formas en la roca en posiciones únicas: los llamados flysh. Y por si fuera poco los acantilados de esta costa tienen unas vistas impresionantes.

La ruta de Flysh

Nosotros comenzamos la ruta unos kilómetros después de Deba, pero originariamente el camino va desde el pueblo de Deba a hasta Zumaia. Elegimos esta otra opción porque los primeros kilómetros van por la carretera y preferimos empezar andando directamente por un sendero. Aparcamos el coche en el camping de Itxaspe, el pueblo contiguo a Deba.

El camino baja bruscamente desde un parking hasta la misma costa, pasando por un bosquecito bello y frondoso de robles, castaños, pinos y otras especies árboreas. La ruta se conoce como Ruta de Flysh o GR-121 Deba-Zumaia, y es un recorrido que está muy bien señalizado. Volveremos más adelante a lo del Flysh.

La ruta también se puede comenzar desde el municipio de Mutriku, aunque lo más normal es empezar desde Deba. Siguiendo con la ruta, os encontraréis en el primer mirador después de unos 20 minutos de paseo. Desde ese momento y a lo largo de todo el recorrido, ya no podréis dejar de abrir la boca, asombrados.

Desde el mirador tendréis una buena panorámica de los acantilados de Mutriku al oeste y de Zumaia al este. Un poco más lejos está la hermosa playa de Sakoneta, desde donde ya podemos ver la estructura geológica del Flysh.

Los flysh son estratos rocosos de origen sedimentario con capas alternas de rocas duras y blandas. Al estar colocados así se favorece la llamada “erosión diferencial”, pues las capas blandas se desgastan más rápido que las duras. Estas últimas quedan resaltando y sin apoyo. A la vez la existencia de las rocas duras protege a las blandas.

Además en estas rocas es relativamente fácil encontrar rastros de fósiles muy bien conservados. Los que más abundan en el geoparque son los de Ammonites y otros invertebrados. Podréis pasar un buen rato buscando huellas de fósiles en la roca. Yo no era muy experto y los encontré con facilidad.

La ruta prosigue recorriendo los sucesivos acantilados de la costa en dirección a Zumaia. Cada playa es más bonita que la anterior y la costa os dejará sin palabras. Si llegáis al pueblo de Zumaia es una buena idea darse un paseo por el casco antiguo.

Nosotros decidimos dar la vuelta antes, ya que llevábamos un par de horas caminando y no teníamos fuerzas ni tiempo para seguir. Es una ruta linear, así que nos quedaban otras dos horas de volver. Desde luego, el recorrido vale la pena y tras nuestro paseo, nos quedamos muy satisfechos con la costa y el geoparque de Deba-Zumaia, uno de los tesoros naturales del País Vasco.

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