Hoy vamos a dedicarnos a un poco de geografía patria que siempre viene bien. Cuando hablamos de las Islas Canarias hay gente que se queda en con las siete islas mayores y se olvida del Archipiélago Chinijo. Ahí es donde está La Graciosa, que desde ya es oficialmente la octava isla habitada de Canarias. Pequeña pero preciosa y de belleza incomparable.
Esta semana la Comisión General de las Comunidades Autónomas del** Senado ha aprobado su reconocimiento como isla habitada**, y se insta al Parlamento Canario y a las Cortes a reformar el Estatuto de Canarias para que quede muy clara su existencia y su nueva condición. Esto no quiere decir que tenga entidad jurídica propia, ya que depende administrativamente de Lanzarote.
Todo este rollo viene para deciros que la preciosa isla de La Graciosa, poco conocida que está encima de Lanzarote ya se ha "hecho mayor", que se reconoce que es una isla habitada como tal pueden atestiguar sus más de 700 habitantes... y los pocos turistas que tienen el gusto de ir. Como decía, depende administrativamente de Teguise.
¿Cómo es realmente La Graciosa?
Es un completo paraíso, una suerte de oasis para olvidarse de las prisas que nos rodean. Si buscas información sobre La Graciosa en internet vas a encontrar más bien poca: sus habitantes, su pertenencia al archipiélago Chinijo, sus 27 km2 y esta nueva característica que estrena esta semana. Pero aquí hemos investigado:
- Está al noroeste de Lanzarote, de la que depende administrativamente y las separa un brazo de mar conocido como El Río.
- Salvo los cascos urbanos de los dos núcleos habitados, la isla pertenece al Patrimonio del Estado, gestionada por Parques Naturales.
- Sus habitantes se conocen como gracioseros.
- Es uno de los pocos lugares de España donde no existen carreteras asfaltadas: todas son de arena.
- Tras El Hierro es la segunda isla del mundo en consumir energía cien por cien renovable. Hasta ahora recibía energía eléctrica por un cable subterráneo desde Lanzarote.
- Es parque natural desde 1984, reserva marina desde 1995, y desde 1992 una de las reservas de la biosfera de la Unesco
¿Cómo llegamos y qué podemos hacer allí?
La opción es volar a Lanzarote, al aeropuerto de Guacimeta y desde allí hacerse 20 minutos en ferry que sale desde Orzola, en el norte. Ese tramo de mar que cruza se llama El Río, dada su estrechez. Al llegar a La Graciosa nos encontramos con la Caleta del Sebo, que es el lugar en donde están todos los hostales y restaurantes de la isla.
Todo en la isla queda cerca, así que la opción de una excursión de un día está siempre ahí. Las temperaturas no son nada extremas ya que no suele superar los 30 grados en verano. Hay rutas de senderismo marcadas de lo más agradables que nunca superan los 15 kilómetros o bien puedes alquilar una bicicleta y hacerlo con toda la calma. Esa es la palabra que debe regir toda tu visita a la isla: calma, tranquilidad, cero estrés.
Hablando de playas tenemos La Cocina, con agua fresca de color verde y acantilados amarillos, o la Baja del Ganado, de arenas blancas y aguas transparentes que forman un contraste enorme con las rocas volcánicas que la rodean. Si lo tuyo son esos paisajes lunares y llenos de dunas la elegida tiene que ser la Playa del Ámbar. La soledad absoluta sería la playa virgen de la Caleta de San Pedro Barba.
Si os gusta el buceo y el snorkel también es un gran lugar: fondos espectaculares de aguas cristalinas y 18 grados de temperatura del agua. Como está prohibida la pesca internacional en sus aguas hay cantidad de especies localesç: salmonetes, pejeperros, meros, sargos, lábridos o langostas canarias que campan a sus anchas entre cangrejos y lapas.
Visitadla, respetadla y disfrutad de esta maravilla que tenemos tan cerca.
Imágenes | Pixabay, Paula, Iñaki Queralt, Alessandro Valli
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