Poco a poco os voy contando mi viaje por tierras irlandesas. Si el otro día os daba mis consejos para aprovechar un viaje de 3 o 4 días por la capital de Irlanda, y hace unos días os hablaba del Castillo de Howth y la leyenda de la pirata pelirroja O'Maille, hoy quiero hablaros de un espectacular grupo escultórico, Famine, las huellas de la hambruna en unas esculturas sobrecogedoras en Dublín.
Se trata de unos retratos muy realistas que muestran rostros desahuciados, caras de horror y de desesperación, reflejo de las penalidades que tuvieron que pasar a mediados del siglo XIX por culpa de varios factores que hicieron que la población de Irlanda quedase muy diezmada, perdiendo más de un millón de habitantes.
La escultura de Famine Memorial fue creada por Rowan Gillespie y se inauguró en 1997. El conjunto escultórico, muestra varios hombres y mujeres demacrados caminando por la orilla del río, junto a su perro. Todos tienen expresiones de tristeza y desesperación.
Es una de las piezas de arte más fotografiadas de Dublín, y constituyen un monumento o un homenaje a las muchas personas que se vieron obligadas a emigrar debido a la gran hambruna de Irlanda.
La localización de estas estatuas junto a la zona de salida en el muelle de Dublín, no es casual. De hecho, muy cerca, podemos ver un barco llamado Jeanie Johnston, réplica de uno de esos barcos de la Gran Hambruna, conocido como barco ataud ya que los camarotes eran diminutos y además porque muchos emigrantes morían durante el trayecto hacia América.
Si vas a Dublín, no podrás entender su historia sin contemplar este grupo de esculturas, porque ayudan a comprender cómo lo pasaron los jornaleros que arrendaban las fincas a sus señores a cambio de su trabajo, obteniendo apenas la suficiente tierra para cultivar unas patatas, de las que derivaba su economía.
El fraccionamiento de las parcelas al dividirlas entre los hijos de los agricultores y la enfermedad o plaga que sufrió la patata fue la causa de que muchos de los trabajadores no tuvieran literalmente nada que llevarse a la boca, muriendo de puro hambre, ante la dejadez de los propietarios de la tierra que incluso aprovechaban la ocasión de un impago para retirarles el contrato dejándoles en la calle o condenándoles a una emigración forzosa.
Durante el período de la gran hambruna, 1845-1851, tuvo lugar el fallecimiento de más de un millón de irlandeses y la emigración de dos millones más con lo que la población del país se vio muy reducida.
Para el autor, Gillepsie, con la obra quería mostrar tanto la dureza de la situación como la obligación de emigrar por lo que pensó para el grupo que eran unos viajeros con destino al Canadá, concretamente a Toronto.
"Siempre fue mi intención, para complementar mi escultura de hambre en Dublín, que debería haber una escultura de un grupo de figuras que llegan al otro lado del Atlántico. Cuando Toronto fue sugerido como un posible lugar, estaba particularmente interesado porque mi familia (por parte de mi madre) había emigrado en tiempos de hambruna y había hecho su hogar en Canadá, regresando a Irlanda cuando mi abuelo se convirtió en juez en el recién creado Irish Free Estado. Así que tuve un interés personal natural que esta escultura debería estar ubicada en Canadá. Mientras trabajaba en la escultura de Hambruna para Dublín, por supuesto mi mente a menudo se volvió a considerar cuál sería el destino de este grupo destartalado, ¿cuántos de ellos sobrevivirían incluso al cruce? Me fascinó el hecho de que, a pesar de la mala salud, Así que muchas mujeres quedaron embarazadas durante los largos meses en el mar. Este concepto de la nueva vida en una nueva tierra se convirtió en la inspiración inicial para la serie de la llegada; Una mujer embarazada"
Creo que con la contemplación de estas imágenes, -os aseguro que vistas en directo impresionan y sobrecogen aún más-, os sentirés como yo afectados. De todas formas, os recomiendo mucho que os acerquéis a verlas en la zona del Río Liffey, bajando hacia el puerto, en la margen izquierda. Famine, las huellas de la hambruna en unas esculturas sobrecogedoras en Dublín os resultará impresionante y no creo que se os olvide nunca.
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