Colonial Williamsburg, la ciudad museo en la que siempre parece Acción de Gracias

Lo que tienen la globalización es que en nada estamos todos celebrando tradiciones de otros lugares y las películas americanas y esa reunión familiar y de amigos alrededor de un pavo de 12 kilos y un montón de acompañamientos para rematarlo con un pastel de pecanas. Pero, sin contaros toda la tradición sí que vamos a darnos un paseo por Colonial Williamsburg, la ciudad museo en la que todos los días parece Acción de Gracias.

Situada en el triángulo histórico de Virgina junto con Yorktown y Jamestown y está a medio camino entre la restauración de edificios originales del siglo XVII y recreaciones de otros. Con todo el que trabaja allí vestido de época y todo realizado de la misma manera.

Una visita a Colonial Williamsburg hace que te traslades a la época colonial en un simple chasquido de dedos, que quieras alquilar un vestido con tus enaguas y tu cofia porque te sientes fuera de lugar con tus vaqueros, y no sentirte un bicho raro entre tanta "antigüedad". Aunque pueda parecer una especie de Disneylandia no tiene nada de eso y es históricamente perfecta y siempre con un lema: Que el futuro aprenda del pasado. Es una interpretación de una ciudad colonial americana con docenas de edificios recreados o reconstruidos y con una inmensa relación con la Guerra de la Independencia.

Prácticamente todo lo que se vende en las tiendas es de manufactura de la época, ya sea comida o ropa o incluso los libros que te puedan vender tienen ese regusto colonial que todo lo invade. Por supuesto no encontrarás un sólo trabajador que no vaya perfectamente ambientado y que incluso se dirija a ti con lenguaje de la época, aunque el acento no sea el adecuado. Hay una imprenta, un zapatero, un armero, un artesano de las pelucas, sin contar con las cuatro tabernas y dos posadas recreadas a la perfección. Pero sí, hay productos para turistas, que no iban a ser menos.

De obligada visita es Raleigh Tavern, reconstruída en 1930 en su ubicación original y que consiguió su nombre en honor a Sir Walter Raleigh, una de las grandes figuras de la colonización inglesa de Virginia. Fue lugar de reunión política en la época revolucionaria. Hoy en día no puedes pasar sin entrar y comer alguna de sus recetas originales.

Tenía por supuesto una prisión en la que estuvo encarcelado Barbanegra entre otros. Además mientras paseas por sus calles, delante del juzgado puedes vivir la sensación de estar metido en un cepo como los condenados. Pasea por las calles adyacentes y disfruta de jardines y huertos a la manera tradicional. En resumen, siéntete en la Virginia del siglo XVIII y disfrútalo.

Por cierto, el pueblo será todo lo colonial que queráis pero es maravilloso que tengan instaladas webcams para ver todo lo que está pasando por sus calles.

Imágenes | Joe Ross y Colonial Williamsburg
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