Esta semana la ONG ecologista Greenpeace daba la noticia de que la compañía Shell por fin ha renunciado a extraer petróleo del Ártico. La empresa petrolera alega motivos económicos para su retirada, pero lo cierto es que la presión de los ecologistas, que habían recopilado 7 millones de firmas en contra de este tipo de extracción, también ha contribuido a la decisión.
Sean cuales sean las causas, es una renuncia que, como amantes de nuestro planeta que somos, no puede más que alegrarnos ya que la zona del Ártico es un ecosistema único que debería ser protegido, y una explotación petrolífera conlleva unos riesgos que mejor que no se asuman.
Aunque pensemos en el Ártico como una zona deshabitada donde sólo hay hielo y osos polares, en realidad es un ecosistema muy vivo, el hogar de más de cuatro millones de personas, y una región de vital importancia para el clima global. Según estudios científicos, en los últimos 30 años ha perdido tres cuartas partes de su hielo, un proceso que podría acelerarse si las reservas del Ártico son alteradas, acelerando el cambio climático.
Por tanto, la retirada de Shell del Ártico es una noticia ejemplar en lo que a preservación del planeta se refiere. No queremos perder el Ártico, ni que sea manchado de vertidos, pues debemos respetarlo para que puedan disfrutarlo las generaciones venideras.
Y ya que hablamos del Ártico, os recordamos algunas experiencias que se pueden vivir en la zona:
- Visitar Hammerfest, una ciudad más allá del Círculo Polar Ártico
- Asistir al concierto de Año Nuevo en la Catedral del Ártico
- Realizar el safari del Cangrejo Real del ártico en Honningsvåg
- Llegar hasta Svalbard: El lugar más al norte del mundo habitado
Vía | Greenpeace
Foto | Marion Doss