Sin embargo, y a lo que voy, los carros llevados por caballos se ven en muchas ciudades del mundo y son un jugoso atractivo para muchos turistas que quieren ver el entorno a golpe de galope. En Nueva York es típica esta forma de turi-transporte en Central Park, pero parece ser que últimamente encuentra muchos detractores y se están movilizando.
Escuché ayer en la radio que varias asociaciones pro derechos de animales denuncian al ayuntamiento neoyorquino las malas condiciones en que trabajan y 'descansan' los caballos. Estrés por el tráfico y el ruido, colisiones con automóviles, recintos ínfimos donde aparcarlos por la noche… La imagen que encabeza estas líneas puede resultar idílica, pero si damos una vuelta por algunas páginas de Internet encontraremos fotografías muy desagradables.
Podemos encontrar un listado de accidentes ocurridos a los caballos desde 1983 que incluyen desde ataques al corazón hasta atropellos, pasando por incendios en los establos.
Me ha bastado indagar un poco más por la red para encontrar varias páginas que piden la prohibición de estos carruajes. El New York Times guarda en su archivo varias noticias de muertes de caballos ocurridas en diferentes años.
Existe la coalición All creatures movilizada por la causa, incluso un blog destinado a denunciar las condiciones inhumanas en que trabajan estos animales.
Un concejal del ayuntamiento de Nueva York, Tony Avella, se ha erigido en la cabeza política cercana a estos movimientos. Este sábado 8 de diciembre dará una rueda de prensa seguida de una manifestación para presentar la propuesta legal que prohíba la industria del coche arrastrado por caballos en la ciudad.
¿Buenas noticias para los animales? No cambiaría demasiado si los paseos fueran en carros impulsados por energía biodegradable...
Vía | Cadena Ser