Este fue el destino favorito de la Gen Z para viajar en 2024 y la culpa es de Netflix

Todo lo que hace la Gen Z es noticia. Sus hábitos están directamente influidos por las redes sociales, casi todo lo compran online, suelen preferir las marcas "éticas", tienen su propio lenguaje y por todo eso, es un nicho que interesa tener bajo la lupa con el fin de anticiparse a sus gustos y necesidades.

Dichas preferencias son evidentes a nivel cultural. El pop encabeza la lista de su música predilecta y a nivel visual, las series y películas coreanas no dejan de cosechar éxitos. "Parásitos" y "El Juego del Calamar" fueron pioneros, pero la lista sigue creciendo a medida que pasa el tiempo, de forma "silenciosa" pero muy a entre los más jóvenes.

En 2024, esta tendencia los ha llevado a un destino en particular: Corea del Sur. El contenido que consumen a diario ha despertado en gran parte de esta generación el deseo de explorar el país, buscando vivir de primera mano su cultura, su gastronomía y su estilo de vida único.

El "soft power" coreano: Cultura que trasciende fronteras

El "soft power" es un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por ejemplo un Estado, para exportar una cultura que conecta emocionalmente con millones de personas y, de forma sutil (por eso el "soft"), llegar a moldear la percepción global de una nación. Corea del Sur es un ejemplo destacado de cómo una buena estrategia apoyada por gobernantes (y recursos económicos), puede lograr su cultura se traduzca en millones de dólares en ganancias para el propio país.

En este caso su "hallyu" u "ola coreana", ha sido el motor de este fenómeno. Esta corriente cultural, liderada por el K-pop, los dramas coreanos (K-dramas), la gastronomía y la moda, ha generado un interés sin precedentes en la vida y las tradiciones coreanas. Bandas como BTS y BLACKPINK no solo dominan las listas de éxitos globales, sino que han inspirado a fanáticos de todo el mundo a visitarlo para descubrir la tierra de sus ídolos.

Además, los K-dramas han convertido lugares que antes eran un punto cualquiera de un barrio normal (el puente Banpo, el barrio Bukchon Hanok y las playas de Busan), en puntos turísticos imprescindibles para cualquiera que visite el país. Escenarios que aparecen en series de éxito como Crash Landing on You o Squid Game han dado un nuevo valor cultural y emocional a estos espacios, transformándolos en destinos fotográficos que tiunfan en redes sociales.

Netflix y las redes sociales: el impulso definitivo

Fuente: Netflix

Como no podía ser de otra forma, las plataformas de streaming y las redes sociales han sido catalizadores clave en la promoción del turismo surcoreano. Netflix, en particular, ha desempeñado un papel protagónico al llevar los K-dramas y el cine coreano a audiencias globales. Producciones como El juego del Calamar no solo han conquistado audiencias, sino que también han generado curiosidad sobre las ubicaciones donde fueron filmadas.

Simultáneamente, las redes sociales como Instagram, TikTok y YouTube han amplificado esta tendencia. La Generación Z, conocida por documentar sus viajes en tiempo real, ha encontrado en Corea del Sur un país lleno de experiencias "instagrameables" muy diferentes a los que ofrecen los escenarios occidentales, desde cafés temáticos y mercados nocturnos hasta templos antiguos que contrastan con rascacielos futuristas. Los hashtags relacionados con turismo en Corea (#VisitKorea o #KoreanCulture) han acumulado miles de millones de vistas, inspirando a nuevos viajeros a seguir sus pasos.

Lo que busca la Generación Z en Corea del Sur

Lo que hace a Corea del Sur especialmente atractiva para los jóvenes es su capacidad para ofrecer una mezcla de lo tradicional y lo moderno. La Generación Z busca experiencias inmersivas y significativas, y el país responde con una exótica oferta que abarca desde talleres de elaboración de kimchi y clases de caligrafía hasta experiencias de realidad aumentada en museos interactivos.

Además, la obsesión global por la gastronomía coreana, liderada por el kimchi y el bibimbap, ha transformado al país en un paraíso culinario. No es raro ver a jóvenes turistas haciendo filas para probar un plato en los mercados callejeros o visitando restaurantes que aparecen en videos virales.

Por supuesto es imposible dejar de mencionar el gran negocio detrás del K-Beauty, alimentado ya no solo por el enorme volumen de exportaciones de productos cosméticos, sino también por el creciente negocio del "turismo de belleza", animado por las famosas rutinas faciales coreanas y una emergente pero impresionante industria de tratamientos estéticos. Todo parece indicar, y no solo para los jóvenes pertenecientes a la Gen Z, que todos los caminos conducen a Corea.

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