La falta de inversión en infraestructuras y mantenimiento ha llevado a una situación de colapso a las instalaciones aeronáuticas en funcionamiento.
Como nos dijo ya en el mes de abril de este año Jorge Gobbi desde Blog de Viajes: "la seguridad de los vuelos en ambos países (Brasil y Argentina) está seriamente cuestionada". ¿Premonición? ¿Aptitudes adivinatorias ? No. Simple conocimiento de la realidad.
Conflictos de jurisdicciones, falta de inversión, carencias de mantenimiento, apatía administrativa, huelgas, corrupción, dilación criminal.
Y mientras suben o bajan ministros, se pelean en los parlamentos locales, las culpas van y vienen como en peleas de niños, más de 400 personas murieron en Brasil desde septiembre del 2006 por una estructura aeronáutica obsoleta y peligrosa.
Ahora se plantearán grandes planes de infraestructura, para los cuales ciertos "agentes" negociarán préstamos internacionales especiales y por los que siempre "alguien" cobrará su comisión.
Cuando un país llora y se cuestiona la seguridad de su transporte, en lugar de una palabra firme, realista y responsable para administrar una crisis de este tipo, escucha un discurso demagógico y tardío del presidente Lula da Silva: "yo yambién tengo miedo a volar". El presidente reza para que haya sido el último accidente aunque, añade, "sé que no lo será". Su país reza porque las cosas cambien, algún día.
Vía | El País, Clarin, Agencia ReutersUnionradio
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