¿Te apetece un viaje por la Provenza francesa que te lleve a recorrer parte de la vida de Van Gogh? Pues es posible hacerlo, y Arles debe ser tu punto de mira, un pequeño pueblo situado a una hora de Marsella y a media de Nimes o Aviñón.
La ciudad es hoy en día Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y lo es por la belleza de su calles y de varios monumentos que la hacen muy especial, como el Anfiteatro romano, que se conserva muy bien, el Teatro Romano, el foro o las Termas de Constantino.
Sin embargo, además de estos atractivos monumentales, la ciudad se ha hecho famosa porque en ella vivió el pintor Van Gogh en el año 1.888. Durante 15 meses el artista pintó 200 cuadros inspirado por la luminosidad de Arles. Y no cuadros cualquiera, sino algunos de los más famosos de su obra, como "Los Girasoles".
Por ello, se hace imprescindible recorrer la ciudad siguiendo las huellas del pintor. No es difícil hacerlo, porque la ruta está señalizada y encontrarás en algunos rincones paneles que te enseñarán el cuadro de Van Gogh justo frente al lugar que lo inspiró, como Le Café "La Nuit", la casa amarilla o el puente de Trinquetaille.
Muy recomendable también visitar el Puente de Langlois, perfectamente reflejado en otra de las obras de Van Gogh. Está en las afueras de la ciudad, a unos 10 minutos en coche del centro de Arles por la salida 6.
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