Ya os hemos hablado alguna vez del distintivo "Plus Beaux Villages de France", que aglutina los pueblos más bellos de Francia y que nos ayudan a descubrir verdaderas joyas. Hoy nos acercamos a otra de ellaS: Saint-Guilhem-le-Désert.
Me atreveré a decir que Saint-Guilhem-le-Désert no es sólo uno de los pueblos más bellos de Francia, sino también de Europa. Ha sido declarada monumento histórico, Patrimonio de la humanidad por la Unesco y forma parte del Camino de Santiago francés.
Es el típico pueblo que parece construído para ser una postal, porque está situado en el valle del río Verdus, en la región de Languedoc-Rousillón. La mezcla de sus construcciones medievales, el verde del valle y el río que le atraviesa, hace que el paisaje sea único.
Y lo primero que debes hacer es recorrer el pueblo por completo. No es grande, y se recorre muy fácil porque es una gran calle que, recorrida de arriba a abajo, te obliga a conocer todo el pueblo. Y merece la pena hacerlo. Podrás visitar la Abadía de Gellone, así como todas las tiendecitas de artesanía de la zona.
En los alrededores de Saint-Guilhem-le-Désert hay dos lugares que merece la pena visitar. Por un lado está el Puente del Diablo, que forma parte de la ruta francesa del Camino de Santiago. Es uno de los puentes medievales más antiguos de Francia. Hoy en día, eso sí, es usado por muchos para tirarse desde lo alto al lago que lo baña. ¡Impone mucho verlo! (Y aterroriza un poco, la verdad).
La otra visita importante es la Gruta de Clamouse, una cueva conocida como la catedral del tiempo que a lo largo de sus millones de años ha formado concreciones extrañas y preciosas. Es la primera gruta de Europa equipada por completo con luces LED.
A Saint-Guilhem-le-Désert podrás llegar por la A750 desde Montpellier, ciudad de la que se separa tan sólo 44 kilómetros.
En Diario del Viajero | Minerve, uno de los pueblos más bellos de Francia
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