Belfast se ha hecho una buena limpieza de cutis, se ha pintado los ojos de rimel y se prepara para competir con otras ciudades -británicas e irlandesas- para convertirse en un claro destino turístico. Con conexiones aéreas como las de EasyJet, la futura conexión de Aerlingus y Jet2 con las actuales rutas directas desde Barcelona, Las Palmas, Málaga, Ibiza y Murcia, sin duda, hacen de Belfast buen motivo para permitirse visitar la ciudad durante un fin de semana -o incluso mejor- visitar el norte de Irlanda durante una buena semana incluyendo la costa norte con la mítica Calzada del Gigante y las destilerías de whisky, las frondosas montañas de Newry en el sur o ciudades con amargo y reciente eco histórico como L'derry.
La última vez que visité Belfast fue hace unos siete años. Íbamos a un concierto, era de noche y tuvimos que preguntar por la calle cómo se llegaba al concierto. Nadie parecía capaz de darnos direcciones en la calle. Casi todo el mundo andaba ebrio y caminar por la calle parecía un "divertido" juego de pegar pequeños saltos por la acera para evitar las botellas y latas que andaban esparcidas por el suelo. Después de seis años la ciudad parece otra. Durante los últimos años Belfast ha prosperado también económicamente y se nota en el centro de la ciudad. El casco antiguo ha sido bellamente reformado, las calles están limpias, la gente bebe -estamos en un país anglosajón, ¿que esperabais?- pero ha desaparecido gran parte de ese "mal rollo" que parecían dar las borracheras durante la última década.
Al llegar a la ciudad lo primero que uno tiene ganas es de ir a un pub a tomarse una pinta. Así que le pregunté a un taxista que encontré por la calle sobre algún pub recomendado donde remojar mis labios y pintar mi estómago de color negro con una buena pinta de Guinness. Las recomendaciones fueron The Crown y el Robinson's y realmente fueron un acierto. Se trata de los pubs más antiguos de Belfast y se encuentran en la misma calle justo enfrente de la estación de trenes y autobuses. Era viernes noche y había música en directo con un ambiente fenomenal.
Antes de irme a la cama, pasó un camión de bomberos repleto de chicas medio desnudas con la música a tope celebrando una despedida de soleras. Cosas así, sólo pueden venir de la mano de un país anglosajón.
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