Sin embargo, de los muchos palacios y castillos que hay en Sintra, el Palácio da Pena se queda con todo el protagonismo por su impresionante arquitectura, exponente máximo del Romanticismo del siglo XIX en Portugal. Su construcción se inició en el año 1839 y su peculiar estilo que aglutina en sí mismo otros muchos estilos arquitectónicos, hacen de éste un palacio que parece propio de un cuento de hadas y leyendas fantásticas.
El Palácio da Pena fue hogar de varios reyes antes de la instauración de la República en el año 1910, momento en el que el palacio se convirtió en un testimonio vivo de la vida de la realeza. En su interior se conservan las salas tal y como estaban en el momento en que la familia real abandonó el lugar. Es pues, un emplazamiento perfecto para comprender como era el día a día de los reyes portugueses.
Sin duda, se trata de una visita obligada para todos aquellos que visiten Lisboa o lugares como Estoril o Cascais. La cercanía y facilidad de transporte (existen numerosos autobuses públicos que llegan a Sintra desde los lugares antes mencionados) hacen inexcusable perderse la visita a un Palacio cuya singularidad es su nota de presentación.
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