Cuando pensamos en una capital de país europeo, imaginamos una gran urbe que nos llevaría días enteros conocer. Sin embargo, la capital noruega refleja claramente el espíritu de los noruegos y de su país. Oslo puede verse en 48 horas porque es abierta, cercana, divertida, natural y muy sencilla de conocer.
Aquí dejo mis recomendaciones para recorrer la ciudad en un par de días, ya sea como preludio a un gran viaje por el resto de Noruega, como broche de oro de unas vacaciones por este país, como puerta de entrada o finalzación de un crucero o como escapada.
Oslo en 48 horas: ruta básica
La ciudad es abarcable, caminable absolutamente ya que desde el Palacio Real hasta la nueva Ópera no hay mas de una hora de paseo parando allí donde te apetezca. Imaginemos un recorrido o ruta básica para conocer Oslo pasando por los principales lugares dentro de la capital.
La salida será desde la Estación Central donde llega el tren tren de alta velocidad desde el aeropuerto Gardenmoen, en tan sólo 19 minutos). La plaza frente a la estación es un nudo de comunicaciones tanto de autobuses urbanos como de tranvías. Podríamos seguir por la calle principal que se abre perpendicularmente a su acceso principal, pero en lugar de ello, haremos un circuito mas amplio.
Para poder movernos libremente, aprovechemos las ventajas de la tarjeta Oslo Pass y con ella tendremos transporte gratis (incluídos los ferries), entradas a museos, descuentos en restaurantes y tiendas. Con ella podrás, por ejemplo, hacer un aparte de la ruta propuesta en cualquier momento para tomar el tranvía 12 hasta el magnífico Parque Vigeland alejándote unos 20 minutos del centro de Oslo, pero que merece indiscutiblemente la visita. Además podrás hacerlo en cualquier momento porque permanece abierto todo el dia.
Iniciemos el recorrido por Oslo.
Saldremos por la puerta lateral de la Estación Cental que nos lleva directamente a una pasarela elevada hacia el nuevo edificio de la Ópera de Oslo. Desde allí podemos ver cómo Oslo está transformando un sector hasta ahora absolutamente industrial, en una cadena de edificios de la más moderna arquitectura para residencia, oficinas y comercios.
Haremos la visita a la Ópera para asombrarnos con el perfecto equilibrio de líneas puras y la calidez de la madera en su interior. El edificio en si mismo es un gran mirador desde sus rampas y techos. Las superficies de su acceso que se extienden hacia el agua, están llamadas a ser la playa urbana de Oslo, ya que con un rayito de sol ya se pueblan de cuerpos tendidos. Los techos son el escenario de conciertos y fiesta. Y la perspectiva hacia la ciudad, el fiordo y las colinas cercanas, es insuperable.
Seguimos el camino de la costa hacia la izquierda rumbo a la zona de la Fortaleza de Akerhust. En el camino podremos ver un barrio tranquilo en que las construcciones tradicionales se unen a modernos edificios de poca altura. Calles arboladas, pequeñas plazas como la que se abre frente al Museo de Arte Contemporáneo y al Museo de Arquitectura.
Entre calles adoquinadas rodearemos la Fortaleza, cruzaremos su parque y bajaremos hasta el puerto. Este es uno de los puertos (el otro se encuentra frente a la Opera del otro lado de la fortaleza y sirve a barcos de gran calado). En esta amplia plaza encontraremos los atracaderos de barcos de paseo que recorren el fiordo de Oslo y ferries que van a las islas cercanas.
Nuestro paseo sigue necesariamente a bordo de uno de estos barcos que recorren el fiordo con paisajes e historias que nos sorprenderán. También, los barcos hacen rutas hacia las islas para pasar un día de pic nic en sus áreas verdes. Sin lugar a dudas, nuestra recomendación es navegar tan sólo 15 minutos hasta la Península de Bygdøy que alberga una serie de museos muy interesantes. Entre ellos: el Museo de los Barcos Vikingos, el Museo de la Reconstrucción, el Museo Fram y el Museo de la balsa Kon Tiki.
El regreso nos llevará nuevamente hasta la Plaza del Ayuntamiento, pero por hoy ya habremos terminado las visitas turísticas. Nos dedicaremos a conocer la zona más moderna y de moda para comer, tomar una copa y acercarnos a la noche de Oslo: el nuevo frente marítimo a la izquierda de los atracaderos, el Stranden. Restaurantes, bares, terrazas que día y noche nos darán una buena excusa para compartir con los noruegos su intensa vida nocturna.
Oslo en 48 horas: Segundo día
Seguiremos descubriendo Oslo comenzando donde nos bajáramos el día anterior del barco, en los atracaderos del puerto. Con el imponente edificio del Ayuntamiento enfrente, iremos hacia nuestra izquierda para encontrarnos con la sede del Centro Alfred Nobel de la Paz dedicado al único Premio Nobel que se entrega precisamente en el edificio del Ayuntamiento. La visita nos lleva a tomar contacto con la labor humanitaria por la paz en el mundo de los sucesivos ganadores de este premio. Un momento de necesaria reflexión y toma de conciencia del estado de nuestro planeta.
Ahora sí, visitaremos el Ayuntamiento de Oslo. Un enorme edificio que se viste de gala una vez por año para la entrega del Premio Nobel de la Paz (cada 10 de diciembre). Es la sede política y administrativa de la ciudad y fue abierto en 1950. Su decoración está plagada de motivos de la historia, la cultura y la vida laboral noruega. La entrada es gratuita y hay visitas guiadas en noruego y en inglés de lunes a viernes a las 10, 12 y 14 horas durante el verano.
Una vez recorrido el edificio, saldremos hacia el Palacio Real, residencia de la Familia Real y contruido entre 1824 y 1848. Tratemos de llegar para la ceremonia del Cambio de Guardia (cada día a las 13.30 hs) que siempre le pone una nota de color a las visitas. En verano puede visitarse, en grupos guiados durante una hora.
Desde el mismo Palacio tendremosuna perspectiva de la calle principal de Oslo: Karl Johans Gate, que conecta el Palacio con la Estación Central donde comenzamos el paseo el día anterior. Bajaremos por ella para atravesar el corazón comercial de la ciudad.
En nuestro recorrido iremos abriendo nuestros pasos a derecha e izquierda para conocer algunos puntos importantes, a pocos metros de esta calle neurálgica.La Universidad, el Teatro Nacional, la Galería Nacional (donde se encuentra la famosa obra de Munch, El grito). Muy cerca de aquí se encuentra también la Casa natal de Ibsen, el Parlamento y la nueva zona administrativa de Oslo, la Domkirke(su catedral) y las calles y plazas más céntricas y bulliciosas de Oslo.
Bulliciosas… en parte, porque es una ciudada sumamente ordenada, tranquila y llena de jardines y parques. Un recorrido que nos llevará al punto de inicio: la Estación Central donde iniciamos estas 48 horas en Oslo.
Mucho quedará, sin dudas, por conocer dentro de la ciudad y sus alrededores. Una excusa más para volver.
Fotos | María Victoria Rodríguez
En Diario del Viajero | Diez visitas gratis en Oslo