Viajamos hoy al sur de Francia, a una de las ciudades más bonitas de la Provenza y que presume, con razón, de tener 300 días de sol al año.
Una climatología que debe agradecer al Mediterráneo que tiene a un paso. Montpellier está a unas 2 horas de la frontera con Francia, por lo que es fácil llegar a ella en coche si viajas desde el norte de España.
Se trata de una ciudad jovial, con muchos estudiantes y siempre animada en donde, además, encontrarás una riqueza arquitectónica excepcional.
Por lo pronto, te diremos que Montpellier es una de las ciudades europeas con una mayor zona peatonal, por lo que recorrer su centro histórico es sencillo además de un placer.
Debes comenzar tu paseo por la place de la Comédie, el centro neurálgico de la ciudad, con su tranvía, su imponente fuente de Las 3 Gracias, los restaurantes y la gran Ópera que da nombre a la plaza.
Desde ahí, se hace necesario empezar a perderte por sus calles medievales, y descubrir la catedral Saint-Pierre, la facultad de medicina, el arco del Triunfo que corona la Rue Foch y que nos lleva a la place Royale du Peyrou donde podrás ver unos atardeceres únicos.
Para los más modernistas, imperdible pasear por el barrio Antigone, diseñado por el catalán Ricardo Bofill.
Decíamos antes que el Mediterráneo está a un paso de Montpellier. En concreto, está a 11 kilómetros, siendo las playas de La Grande Motte, Carnon o Palavas-Les-Flots las más concurridas por los vecinos y turistas de la ciudad.
Si a todo esto sumamos una extensa oferta de museos, restaurantes y salas de exposición, Montpellier es sin duda un perfecto destino de fin de semana. Además, está muy cerca de otros lugares de interés como Narbonne, Carcasonne o Aix-En-Provence.
Más Información | Turismo Montpellier
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