La Venecia del Norte, se suele llamar a Ámsterdam. Por esa fisonomía característica con sus 160 canales que recorren sosegados la ciudad y son atravesados por más de 1200 puentes. Imagen prototípica de la ciudad, emblema para muchos que sueñan con visitarla o que por fin logran conocerla.
La capital holandesa está situada en el estuario del río Ij, en la confluencia con el Amstel, que otorga nombre a la ciudad (el dique del Amstel, “Amsteldam”), la divide en las zonas sur y norte y que frecuentemente nos servirá de guía en nuestro recorrido por la ciudad y consultas al plano como gran canal eje de la misma.
Los canales tienen un trazado concéntrico en torno al núcleo histórico, y se crean numerosos grandes islotes que sólo se aprecian como tal a vista de pájaro.
Desde la elegancia del Canal de los Señores (Herengracht) o el del Emperador (Keizersgracht) a la modestia de los canales más pequeños, en todos es posible encontrar el encanto del discurrir de las aguas por la ciudad.
En su mayoría los canales están flanqueados por olmos, una variedad característica de la zona cuyas raíces crecen en vertical hacia abajo y no se expanden a los lados.
La sombra en verano la agradecen los viandantes, los ciclistas, los escasos vehículos que se pueden aparcar junto a algunos canales o incluso los barcos vivienda que también peden tener como compañero de vistas un olmo.
Los primeros canales comenzaron a construirse a finales del siglo XIV, debido a la necesidad de espacio y al creciente tráfico de comercio que estaba convirtiendo al pequeño pueblo de pescadores que surgió un siglo antes en una gran capital de mercaderías.
Así, el primer cinturón del casco urbano lo constituyen los canales Geldersekade y Kloveniersburgwal al este y Singel al oeste, otros grandes ejes para guiarnos en la ciudad.
El canal Singel, el primer anillo, es el más antiguo de los que rodean la ciudad, y en ciertos tramos ofrece una imagen menos elegante o noble que otros canales, ya que fue durante mucho tiempo lindero y puerto de amarre y los edificios eran almacenes.
"Singel" significa 'paseo que bordea el canal' y fue el límite entre la ciudad medieval y el ensanche urbano realizado en siglos sucesivos: numerosas ampliaciones y remodelaciones urbanísticas modificarían el paisaje urbano, aunque siempre manteniendo los canales como deliciosa característica de la ciudad.
Como contraste a la sencillez del canal Singel, tenemos la ostentación y grandiosidad del Canal de los Señores (Herengracht), construido a partir de 1585 como zona principalmente residencial, con casas elegantes y amplias que alternaban con algún que otro almacén. Más de 400 fachadas de edificios privados se suceden esplendorosos, con especial riqueza en "la Curva de Oro", muestra de la élite holandesa.
A veces flanqueados por paseos peatonales, por calles o carreteras, a veces con las mismas fachadas desiguales de las deliciosas casas típicas asomándose sin vértigo a sus aguas. Surcados por barcos, patines y barcazas con curiosos turistas disfrutando del paisaje, o por sus ciudadanos que se dan un descanso junto a unas cervezas y el sonido de la música...
Imprescindible buscar un tranquilo banco en el que contemplar la vida pasar por algún canal (recomiendo la zona de la Universiteit o del Jordaan), y, por qué no, también recorrer Ámsterdam en uno de los barcos que realizan paseos por los canales de la ciudad.
En cualquier caso, los canales son una imagen estrechamente unida a la capital holandesa y aquella que quedará grabada en nuestras retinas cuando cerremos los ojos y descansemos de la intensa jornada por las calles de Ámsterdam.
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