Estos días estamos muy por el tema de los árboles de Navidad. Hemos visto cómo el encendido de algunos de estos famosos árboles, se ha convertido en un rito turístico.
También hemos hablado de versiones más o menos ecológicas en Barcelona, que no llegan a despertar mucho interés.
Y hoy vamos a hablar un poquito del Arbol de Navidad del Vaticano
En el año 1982 al entonces Papa Juan Pablo II se le ocurrió la idea de colocar un árbol navideño en la Plaza de San Pedro, frente a la Basílica. Y para que estuviera en armonía con las dimensiones y belleza de la Piazza, el árbol en cuestión debía ser grande y único.
Cada año, desde entonces, un ejemplar perfecto de abeto se lleva desde un país europeo, o una región italiana, para ser erigido a la vista de todo el que pase por el corazón dle Vaticano. Ese camino desde un bosque hacia la Piazza para ser exhibido entre los brazos de la imponente columnata de Bernini, está a cargo de un grupo de leñadores y guardas forestales del país que regala el árbol al Papa.
Este año, el árbol del Vaticano llegó desde Austria. Un ejemplar impresionante de 33,6 metros de altura que lo convierten en el más alto de todos los que adornaron la Piazza. Un ejemplar que necesitó 120 años para crecer tanto.
El Vaticano, en un pequeño esfuerzo por hacerse “verde” (o parecerse), ha decidido que una vez que termine el período de exhibición del abeto (después de Reyes, supongo), el mismo será usado para fabricar juguetes para los niños más necesitados.
DIgo yo, ¿ necesitan cortar un ejemplar único, de 120 años de vida, para hacer juguetes ? Creo que si vamos a pasar Navidad a Roma, y nos vamos a pasear entre los brazos de la columnata, no echaríamos en falta un árbol de Navidad más o menos. Por mí, que el año que viene se ahorren el esfuerzo.
Vía | Reuters