Se trata de una construcción del siglo XVI que permaneció clausurada durante dos siglos debido a su mal estado y que, finalmente, y tras 30 años de trabajos de recuperación, hoy vuelve a lucir increíble.
En tanto, según los encargados de la obras de conservación, la restauración del claustro ha permitido además conectarlo con el interior del templo a través del arco renacentista de Jamete.
En ese sentido, las autoridades de Cuenca se mostraron felices por la finalización de los trabajos que, además de suponer la recuperación de un joya arquitectónica e histórica que se encontraba en peligro, de seguro se convertirá en un nuevo recurso turístico para la ciudad.
Una excelente noticia que se tome en serio el estado de ciertos edificios gran valor histórico, cultural y arquitectónico y que, de a poco, se vayan recuperando para el disfrute de todos. Ojalá sea este un ejemplo a seguir por las autoridades de diferentes rincones del país y el mundo.
Vía | ADN Sitio Oficial | Ayuntamiento de Cuenca Foto | Flickr de Tomás Fano En Diario del Viajero | Hasta septiembre, el Partenón podrá apreciarse sin andamios