Subir al Peñón de Ifach en Calpe, Alicante (II)

Después de haber visto la primera parte de esta excursión tan recomendable, pasamos a recorrer la segunda fase de la subida al Peñón de Ifach en Calpe, Alicante, un istmo que se ha convertido en símbolo de la Costa Blanca con su perfil escarpado.

Como dijimos, la primera parte es apta para todos los públicos, incluso se puede realizar sin problemas con niños pequeños y el camino os regalará unas estampas increíbles. Otra cosa es llegar a la cima, pues aunque los 332 metros parezcan asequibles, hay tramos bastante complicados si no estás acostumbrado a este tipo de excursiones ascendiendo por una montaña.

Segunda fase de la subida al Peñón

Es cuando llegamos al túnel excavado en la montaña cuando vemos que el asunto se complica, y ya pisamos sobre rocas resbaladizas, ayudándonos de grandes cuerdas sujetas a la piedra de las paredes.

Después de cruzar este túnel excavado en la roca para pasar a la parte “menos vertical” del Peñón (la cara sur se sube escalando), nos recibe el sol abrasador y unas espléndidas vistas al mar con Ibiza asomando a lo lejos, como un espejismo sobre niebla marina. Empieza la etapa complicada de la subida al Peñón.

Enseguida nos topamos con algún tramo relativamente complicado en los que existen maromas enganchadas a las rocas para agarrarse y evitar el peligro de caer.

Desde el túnel y hasta lo alto del Peñón vamos a encontrar frecuentemente suelo de roca muy lisa y resbaladiza sobre la que hay que andar con mucho tiento y buscar bien el punto de apoyo seguro antes de dejar el peso para avanzar. Un resbalón es este terreno puede no solo hacer mucho daño al caer al suelo, sino que con mala suerte podemos caernos unos cuantos metros abajo.

Para evitar ese peligro se han colocado esas cuerdas gruesas en las que agarrarse para ir avanzando y subiendo tramos complicados con mayor seguridad.

No todo el camino es así, también pisamos sobre tierra y otro tipo de roca más seguras, pero no hay nada parecido a un caminito o senda. Vale la pena ir despacio para no fatigarse, y sobre todo ir sobre seguro, pisando en firme y agarrándose a las cuerdas que facilitan la subida.

El problema muchas veces no será el cansancio sino el calor, si es que subís a mediodía como me sucedió a mí. No olvidéis una buena protección solar, gorra y abundante agua para estar bien hidratados. Algo más de una hora de subida y otro tanto de bajada nos tendrán expuestos al sol y al cansancio con el esfuerzo físico.

Cuando noté que la cabeza me quemaba y subía mi temperatura decidí descansar en una breve sombra, y a pesar de que me restaban pocos metros para llegar a lo más alto, preferí parar y no arriesgarme. Después de descansar hice la bajada con calma y a la perfección.

El paisaje que nos acompañan en la subida

La influencia del clima, el viento junto al mar, las propias características geológicas del peñón hace que tenga paredes y acantilados donde una gran parte la vegetación sea pequeñas plantas y arbustos que nacen y viven entre las rocas.

En cuanto a la fauna, nos podemos encontrar con numerosas especies diferentes de caracoles terrestres, escorpiones, arañas, mariposas, escarabajos, salamanquesas… La cigarra con su canto estridente es habitual en verano. nunca falta a su cita durante el verano.

Pero si algo destaca entre la fauna del lugar, como destacábamos en el post precedente, son las aves. Hay más de 60 especies avistadas en el peñón: tórtolas, petirrojos, gaviotas al alcance de la mano (aunque mejor no ofrecérsela) e incluso algún halcón peregrino tienen como hábitat este pedazo de roca y tierra adentrado en el mar. Hace años vivían también en esta gran roca las águilas pescadoras.

En lo alto, tras un último tramo dificultoso, la recompensa es evidente, cualquiera se sentiría heroico y dueño del Peñón, del paisaje, de las playas y Calpe, del Mediterráneo a sus pies.

En cualquier caso, aunque es fácil encontrar fotografías de las espectaculares vistas desde lo alto del Peñon de Ifach, tengo la espinita clavada de no haberlas podido comprobar con mis propios ojos y captar con mis propios objetivos, estando tan cerca de la meta como estaba.

Por eso, tengo que volver a subir al Peñón de Ifach en Calpe, Alicante. Seguro que los que habéis estado allí arriba podéis confirmar que merece la pena el esfuerzo… Y al bajar, no olvidéis reponer fuerzas junto al puerto pesquero con la gastronomía de la zona que enamoró a personajes como Ernest Hemingway. ¡Volveremos sobre este lugar privilegiado de la Costa Blanca!

Más información | Mario Schumacher
Fotos | Flickr-gibffe y NoLimits360
En Diario del viajero | Las mejores playas de Alicante, Atardecer en Calpe, Alicante

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