Se trata de gorilas de la mayor especie y en peligro de extinción.
Personalmente, detesto los zoos. Creo que no hay nada tan deprimente como aguantar la mirada de un tigre o cualquier otro depredador tras el frío hierro de una jaula. Me parece algo in-animado, incluso me atrevería a decir; demasiado humano. De todas maneras, estos centros que tratan de emular el habitat natural de las bestias parece el mal menor a la inevitable cautividad de estas bestias ya acostumbradas a la vida humana.
El Parque de Cabárceno es un espacio naturalizado por la mano del hombre. A través de sus más de 20 km de carretera, alberga a más de un centenar de especies en "régimen de semilibertad" de diferentes procedencias.
Concebido con fines educativos, es un lugar ideal para contemplar a los animales en un hábitat lo más parecido con la realidad misma. Los animales tienen total libertad en el recinto natural y a excepción de la comida que se les administra, realizan su vida diaria como si anduvieran en total libertad. Con peleas en época de celos incluidas.
A los osos, bisontes, tigres, leones y demás especies, ahora se le añaden un par de gorilas en vías de reproducción.
Vía | Europa Press Sitio oficial | Parque de Cabárceno