Desde el punto más alto de la ciudad, erguido sobre el cerro de Santa Catalina, este castillo o fortaleza defensiva cristiana de la época medieval es uno de los mayores atractivos de una visita a la ciudad de Jaén. Hoy os hablo de este monumento, el Castillo de Santa Catalina en Jaén.
Aunque una gran parte del Castillo está hoy en ruinas, las Torres del Homenaje, la de la Vela y otras torres y miradores están en perfecto estado y pueden ser visitadas. Además, en el entorno y en parte del Castillo está enclavado el Parador de Jaén, otra buena razón para acercarse a visitarlo.
Historia del Castillo de Santa Catalina
Mucha es la historia que tiene a sus espaldas esta construcción, ya que podríamos remontarnos a los asentamientos iberos, y a las construcciones que en la época de Aníbal se construyeron por los cartagineses, pero fue con la llegada de los musulmanes cuando esta construcción tomó relevancia, construyéndose fortificaciones sucesivas hasta llegar a su diseño actual, construido en la Edad Media aproximadamente en los siglos XII y XIII.
Durante los siglos siguientes se unieron algunas de las construcciones para formar el diseño reciente, posteriormente modificado por las tropas napoleónicas en el siglo XIX, que construyeron un hospital, un polvorín, una prisión y una zona de oficinas. Tras numerosas batallas los franceses abandonaron el castillo dinamitándolo para que nadie pudiera utilizarlo tras de ellos.
Estado actual del Castillo de Santa Catalina en Jaén
En la actualidad se conserva en perfecto estado la zona del Alcázar Nuevo, así como las ruinas de otras construcciones más antiguas, habiendo sido protegido desde 1931 declarándolo Monumento Histórico Artístico y pasando a manos del Ayuntamiento de Jaén desde 1948.
Durante la visita, se pueden ver los antiguos almacenes y despensas situadas en la parte baja de la Torre del Homenaje, después en la Torre de la Vela se recorre la prisión donde nos cuentan las desventuras de los que resistían a la invasión francesa y se recorren otras dependencias, perfectamente explicadas por los guías.
También se puede ver la Capilla de Santa Catalina que da nombre al Castillo. Además, en la Torre Albarrana se puede conocer más del Castillo, a través de algunos medios interactivos, vídeos y narraciones, finalizando con la parte museística situada en la Torre de las Damas donde hay réplicas de piezas de piedra, artesonado y otras muestras encontradas en el Castillo.
El cerro de Santa Catalina
La visita a la zona del cerro donde está enclavado el Castillo de Santa Catalina resulta muy interesante, -además de por el excelente estado del Patio de Armas, las Troneras y las distintas Torres de la zona del Alcázar Nuevo-, por las estupendas vistas que hay de la ciudad de Jaén desde lo alto de este enclave.
Caminando un poco, también es muy atractiva la visita a la Cruz de Jaén, o Cruz del Castillo, una gran cruz de piedra que sustituyó a otras existentes de madera con anterioridad de la que se dice que fue construida por el Rey Fernando III el Santo tras arrebatar la fortaleza a los musulmanes.
En todo caso, merece mucho la pena subir al Castillo de Santa Catalina en Jaén, -son buenas cuestas si subís caminando-, para recorrer el Castillo y terminar comiendo en El Parador situado justo al lado. Hay una tradición que me resultó curioso conocer que es que el 25 de noviembre se celebra el día de Santa Catalina -Copatrona de Jaén junto a la Virgen de la Capilla- y la costumbre es subir a pie hasta el Castillo y comer sardinas asadas.
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