Ya he dado cuenta en varias ocasiones en estas páginas de la fascinación que ejercen sobre mí los volcanes. Traigo aquí una noticia que sumar al turismo de volcanes, en este caso una nueva forma de conocer el Teide, en Tenerife, más de cerca. Y es nada menos que introduciéndose en el que dicen que es el mayor tubo volcánico que se conoce.
Ayer a la Cueva del Viento inauguró sus visitas turísticas con un recorrido que se abre al público por primera vez. En total serán visitables 180 metros de los más de 17 kilómetros de galerías que conforman la Cueva del Viento a lo largo de poco más de 2 kilómetros de longitud y que ha necesitado muchos años para llegar a explorarse por completo.
Se trata del mayor laberinto subterráneo del mundo, que recorre el subsuelo de las cercanías de Icod de los Vinos, a escasa distancia en línea recta de las faldas del Teide. En total existen 3 niveles de galerías superpuestas, correspondientes a diferentes éspocas y diferentes erupciones, la más antigua hace más de 27.000 años.
Según señalan los expertos, la Cueva del Viento es un «tesoro» volcanológico, pero también biológico.
En el interior de la zona que se ha habilitado para el recorrido turístico, se pueden contemplar fenómenos geológicos vestigios como estalactitas, estrías, cascadas y lagos, vestigios del paso de la lava por los conductos que se formaron con las sucesivas erupciones. También hay hasta 190 especies distintas de invertebrados, entre ellos, un tipo de cucaracha sin ojos.
Bueno, yo intentaría olvidarme de esos bichitos y me centraría en la geología del lugar, pero en cualquier caso me parece una visita interesante y única.
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