Según los expertos es una de las más hermosas y perfectas catedrales góticas y basta observar su imponente perfil en el centro de la ciudad para reconocerla y admirarla. Hoy descubrimos 15 curiosidades de la Catedral de Santa María de León, la "Pulchra", el monumento más visitado en la ciudad.
Es una maravilla del gótico, con elementos renacentistas y barrocos, sobre la que os hemos hablado extensamente y a la que regresamos para descubrir algunas curiosidades, desde sus orígenes al devastador incendio que se recordó recientemente, cuando Notre Dame sufrió una tragedia similar.
Se la conoce como "la Pulchra" (en latín, 'bella, hermosa') o "la Pulchra leonina" ('la bella leonesa') debido a que es una de las más perfectas en cuanto a sus líneas y sus equilibrios góticos, siendo una de las construcciones más depuradas del gótico francés.
La catedral de León fue el primer Monumento Nacional de España, declarado por decreto real el día 28 de agosto de 1844. Esta aprobación justificaba así la financiación de la llamada "gran restauración" del templo. La revista de la catedral dedicó su número 7 (julio de 2019) a celebrar el 175 aniversario de su declaración.
Originariamente, en su actual ubicación, la Legio VII Gemina había construido unas termas a mediados del siglo II d.C., con un tamaño superior al del actual edificio. Durante la gran restauración del edificio que se llevó a cabo en el siglo XIX fueron descubiertos sus restos bajo la catedral, y en 1996 se exploraron otros vestigios junto a la fachada sur.
Los orígenes de la catedral como templo cristiano se sitúan en el año 916, cuando el rey Ordoño II, que hacía pocos meses había ocupado el trono de esta ciudad, venció a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz. Agradecido a Dios cedió su palacio real para que se erigiese el primer templo catedralicio. Así se transformaron aquellos espacios en lugar sagrado. Después, en siglos sucesivos, la primigenia catedral sufriría varias reconstrucciones. Las obras del cuerpo principal de la actual catedral gótica se finalizan en el siglo XIII, unificada La Corona de Castilla y León, bajo el reinado de Alfonso X.
La catedral de León fue diseñada sin claustro, pero finalmente se levantó entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. Esta construcción cubrió la entrada norte que, desde entonces, quedó resguardada. En el XV se pintaron los frescos de sus muros, y en el XVI se rehizo la cubierta con sus complicadas bóvedas, los pilares exteriores de las galerías, y sus contrafuertes. De todo ello resulta un conjunto armónico, donde se combina magistralmente lo medieval y lo renacentista.
La catedral de León, al igual que su predecesora la catedral de Burgos, se inspira en la planta de la catedral de Reims (Francia). Por ello también se la conoce como "la más francesa de las catedrales españolas". Su geometría, la planta, los alzados, y los repertorios decorativos y simbólicos convierten esta catedral en un auténtico edificio transpirenaico, alejado de la corriente hispánica y perteneciente a la más pura escuela de la Champaña francesa.
En sus muros la catedral de León presenta 125 ventanales, con 1.800 metros cuadrados de vidrieras policromadas de origen medieval, siendo consideradas de las mejores del mundo en su género. Fueron construidas entre los siglos XIII y XVI y se conserva la mayoría de las originales, un hecho inusual en catedrales de esta época.
Uno de los tesoros de la catedral es el rosetón central, el de la fachada principal, que ha sido recientemente restaurado y que algunos denominan "corazón de León". Se pudo volver a contemplar en todo su esplendor en noviembre de 2019, tras los trabajos consistentes en la limpieza y el emplomado de las 97 piezas que integran los 30 metros cuadrados de vidriera. La Pulchra cuenta con un total de tres rosetones.
El ábside es la parte más antigua de la catedral, debido a que las iglesias comenzaban a construirse por la cabecera para poder realizarse culto antes de su conclusión. Durante gran parte del año, los pináculos del ábside de la catedral leonesa son usados como posadero y nidos por numerosas cigüeñas, algunas de las cuales pasan el invierno en León.
Las asombrosas gárgolas de las fachadas y muros del claustro son representaciones pétreas de animales reales, híbridos, monstruos y demonios, antropomorfos o de diseños geométricos. La mayoría de gárgolas son neogóticas, fruto de la "gran restauración" del siglo XIX, sin embargo hay gárgolas anteriores, como las del claustro, de influencia renacentista y barroca.
Existe una leyenda asociada a un pellejo que cuelga sobre la puerta de San Juan, en el interior: la leyenda del topo. La tradición leonesa ha identificado siempre ese pelaje a un topo maligno. Durante el levantamiento de la catedral, este animal maldito minaba el subsuelo durante la noche, cuando los canteros dormían, convirtiendo en ruinas sus trabajos diarios. Por fin, lograron cazarlo y darle muerte, dejando sus restos ahí expuestos.
El terremoto de Lisboa del año 1755 se hizo sentir también en León e hizo vibrar a todo el edificio, como también le sucedió a la Catedral de Salamanca o a la de Valladolid. El terremoto provocó serios daños estructurales a la Pulchra, afectando de manera especial a los maineles y a las vidrieras. Debido a que en 1830 aumentaron los desprendimientos de piedras en el hastial sur, se reforzaron los contrafuertes de toda la fachada.
La catedral sufrió un devastador incendio el 29 de mayo de 1966, cuando un rayo de gran potencia cayó sobre la cubierta de la catedral leonesa, un incendio de idéntica proporción y desenlace al que devastó Notre Dame de París. A partir de entonces, para la reconstrucción de la techumbre no se usó madera y sino que se optó por una estructura metálica y se sustituyó el antiguo pararrayos por otro modelo más moderno. Desde el Vaticano se llegó a trasladar un mensaje de interés por la situación y los daños en el templo.
Tras el incendio de 1966, en el Obispado se habían recibido innumerables telegramas expresando la preocupación por los posibles daños del incendio, y también se hicieron numerosas donaciones para contribuir a las tareas de restauración. De las más curiosas, la de un turista alemán que había quedado impactado por la belleza de la seo y la de la catedral metodista de Washington, ya que que sus vidrieras se basan en la inspiración de los vitrales leoneses.
El Museo Catedralicio de León fue inaugurado el año 1981 tras la fusión del antiguo museo catedralicio con el diocesano. En la actualidad constituye un conjunto único en su género, que acoge piezas de todas las etapas de la historia del arte, desde la prehistoria hasta el siglo XX, todas ellas repartidas en diecisiete salas, en el entorno del claustro catedralicio.
Fotos | Javier Díaz Barrera, Trevor Huxhman, Jose Maria Cuellar y Jose Maria Cuellar en Flickr-CC. Asociación fotografía Focus de León
Sitio Oficial | Catedral de León