Viajar en tren es un placer propio de flaneurs, sobre todo en tiempos donde queremos llegar lo antes posible a nuestro destino. Sin embargo, viajar en tren tiene un encanto especial. Sobre todo si probamos los más extremos.
Con extremos, nos referimos a los geográficamente más extremos, pero también a los extremos en algún otro sentido.
Más septentrional
La estación de Karskaya, en el interior de la península rusa de Yamal, en el círculo polar ártico, está en una zona rica en petróleo y gas natural. Estamos ante la estación de ferrocarril más septentrional del mundo.
Es la estación terminal de una línea de ancho de vía ruso de 572 kilómetros. Es propiedad de Gazprom, que también la explota. La estación empezó a funcionar en febrero de 2011.
Más meridional
En Ferrocarril Austral Fueguino, o "tren del fin del mundo", en la Tierra del Fuego, Argentina, es el más meridional del mundo.
Se construyó hacia 1902 para dar servicio a un centro penitenciario. Hoy en día, sin embargo, es un tren turístico con 7 kilómetros de recorrido entre la estación Fin del Mundo y el parque nacional de Tierra de Fuego.
Eléctrica
Si queremos probar la línea de ferrocarril pública eléctrica más antigua en servicio, entonces hemos de tomar la línea de Volk, con un trazado de 1,62 kilómetros junto a la costa de Brighton, Reino Unido.
Empezó a explotarse comercialmente el 4 de agosto de 1883, y fue diseñada por el británico Magnus Volk.
Gradiente más pronunciado
La Katoomba Scenic Railway, en las Montañas Azules, Nueva Gales del Sur, Australia, tiene una pendiente de 52º.
En 1878 se construó allí una vía de funicular de 310 metros de largo para la industria minera, que se convertiría en atracción turística en 1945. Los vagones circulan a una velocidad de 4 m/s y puede transportar 84 pasajeros.
Túnel más largo
En Selkan, Japón, se halla el más extenso del mundo. Es un túnel ferroviario que une las islas niponas de Honshu y Hokkaido y que tiene 53.850 metros. De ellos, 23 kilómetros transcurren a 100 metros de profundidad bajo el lecho marino. Fue construido entre 1972 y 1983, y durante las obras 66 trabajadores perdieron la vida accidentalmente.