Si existe una 'ciudad de los helicópteros' es esta enorme ciudad brasileña

Cada cinco minutos, en la ciudad de Sao Paulo despegan o aterrizan un mínimo de cuatro helicópteros, convirtiendo esta megalópolis en una "ciudad de helicópteros".

Con 22 millones de habitantes y una planificación urbana dudosa, todo ello diseminado por una meseta subtropical, los helicópteros se han convertido en la mejor forma de evitar atascos de tráfico interminables.

Infinidad de helipuertos

Sao Paulo se considera una de las ciudades con peor tráfico de toda la Tierra, por eso volar es la única forma de no quedar atrapado. Aquí se han llegado a medir atascos de hsta 295 kilómetros.

Un trayecto medio para ir al trabajo supone para un conductor varias horas. Además, cuando uno queda atrapado en un atasco también queda a merced de ladrones, secuestros y asesinatos.

Por esa razón, esta ciudad tiene un 50 % más de helipuertos de todo un país como Reino Unido. Con todo, usarlos está reservado para las clases más pudientes de Brasil, como explica Stephen Graham en su libro Vertical:

Si cada uno de los helipuertos de Sao Paulo transporta de promedio a tres personas, este sistema de desaplazamiento aéreo puede llevar, en un momento dado, tan solo a tres cuartos de la centésima parte de un uno por ciento de la poblción de Sao Paulo.

Lo habitual es que estos helicópteros vuelen desde los barrios residenciales de las afueras hasta el distrito financiero del centro de la ciudad, o bien cubran el trayecto desde las azoteas de los hoteles hasta los principales aeropuertos.

Por esa razón, muchos de los edificios que se levantan en la ciudad ya cuentan con helipuertos en sus azoteas, en aras de aprovechar más el espacio tridimensional, pues el bidimensional ya está saturado. Stephen Graham lo llama "helicoelitismo urbano":

Pretende sustentar e integrar un proceso más amplio de sucesión vertical de la super élite, cuyo entorno personal, laboral y de ocio asciende de forma constante. Las élites, que ya sobrevuelan, sin depender ya de ellos, los paisajes urbanos crónicamente saturados de la ciudad.

Debido a esta proliferación de helicópteros, no obstante, están llegando nuevas regulaciones para limitar su uso, y también para construir los helipuertos lejos de escuelas y hospitales, sobre todo para evitar el ruido ensordecedor que provocan estos aparatos.

Con todo, a pesar de que incluso las rutas están perfectamente delimitadas por el aire, los pilotos no siempre se atienen a las reglas y toman caminos alternativos que los conducen más rápidamente a sus destinos.

Incluso Uber ha llegado a poner un servicio de helicópteros en Sao Paulo, en 2016, anunciando que sus clientes podrían desplazarse entre cuatro aerpuertos y cinco helipuertos de la ciudad por tan solo veinte dólares. Este fue un precio promocional: la carrera normal suele costar unos 75 dólares.

Hasta que los problemas de urbanismo y transporte de esta megalópolis no empiecen a resolverse, pues, Sao Paulo seguirán tendiendo a ser una ciudad de helicópteros, trasladando el caos bidimensional a un próximo caos, ésta vez tridimensional.

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