El pasado 22 de julio se llevó a cabo en Anguiano, provincia de La Rioja España) la típica "Danza de los zancos" , antigua tradición que se remonta al siglo XVI.
Ocho danzadores de este pequeño pueblo de 570 habitantes, se lanzan por una cuesta empedrada y empinada girando vertiginosamente sobre sí mismos sobre unos zancos de medio metro de altura. El espectáculo es muy colorido, además, porque llevan la típica falda y un chaleco multicolor.
Cuentan que originalmente, esa bajada en zancos era un ritual que debían pasar los jóvenes del pueblo para demostrar su paso a ser hombres. Esta "danza" se realiza dos veces al año el 22 de julio y el 30 de septiembre en honor a Santa Maria Magdalena.
Los danzadores comienzan el baile en “La Obra”, plaza situada a la entrada de la Iglesia de San Andrés, el cual va seguido por la corta pero no por ello menos peligrosa y espectacular bajada, girando sobre sí mismos sobre los zancos, de las siete escaleras principales de acceso a dicha plaza.
Después, y sin dejar nunca de moverse para no perder el equilibrio, caminan despacio, al son de la música de las dos dulzainas y el tamboril, hacia la famosa “Cuesta de los danzadores”, en la cual es ya de por sí difícil caminar con calzado normal debido al empedrado del suelo, ¡cuánto más con los zancos de casi medio metro de altura!.
Si a esto le añadimos la pendiente próxima al 20% de desnivel que con destreza tienen que sortear a lo largo de los 40 metros de longitud que tiene la cuesta, nos encontramos con una danza peligrosa, atrevida y arriesgada para los ocho valientes.
Después de descender la cuesta empedrada y estrecha haciendo piruetas, los danzadores llegan a la “Plaza Mayor”. Allí, ya desprovistos de los zancos, del faldón y de las castañuelas, bailan los “troqueaos” ayudándose de unos palos de boj (o bujo como lo llaman en la villa). Al atardecer, tras el Rosario, se ejecuta de nuevo la arriesgada danza.