Presenciar el carnaval carioca es ese tipo de cosas que deben ser incluidas en la lista “hacer al menos una vez en la vida”.
El origen del carnaval más popular de Brasil se remonta a finales del siglo XIX cuando grupos de personas iban por las calles en época de carnaval tocando música y bailando, antecesores de las actuales escolas de samba (escuela de samba), convertidas en verdaderas empresas que trabajan todo el año preparándose para brillar en febrero en el sambódromo.
Este año, comienza oficialmente el 17 de febrero desde el momento en que la banda de Ipanema da el pistoletazo saliendo a las calles seguida de miles de personas bailando al ritmo de la música. Acaba, también oficialmente, el 20 de febrero, aunque la marcha comienza antes y acaba días después.
Música, baile y diversión, la máxima de la cultura brasileña, se pueden disfrutar viendo desfilar las escolas en el sambódromo, con ubicaciones a precios populares y otras realmente caras.
El 18 y 19 de febrero desfilarán 14 escolas, 7 cada día que compiten en diferentes categorías como música, ritmo, baile y por supuesto, vestuario. El 24 de febrero, las mejores seis escolas vuelven a desfilar y se elije a la ganadora.
La seguridad suele ser motivo de preocupación de los turistas que van a Río, pero aseguran que este año la seguridad es máxima, como una especie de ensayo de lo que vendrán en julio con los Juegos Panamericanos.
El año pasado se decidió excluir a los turistas de participar en las propias escolas. De todas formas, verlas es todo un espectáculo. Aunque no se si realmente se cumple porque he visto anuncios para integrar escolas en algunas webs.
Igualmente, si no consigues ir durante la época de carnaval podrás visitar el resto del año la Cuidad de la Samba, un nuevo parque temático íntegramente dedicado al carnaval.
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