Esa enseñanza también puede aplicarse en el ámbito de los viajes. La mayoría de nosotros está acostumbrado a viajar acompañado, o en un tour organizado, o siguiendo los circuitos estipulados por alguna agencia de turística, hollando los caminos mil veces transitados por otros turistas, como organizadas hormigas en una inmensa colonia.
La mejor forma de dar el salto y aprender a trazar nuestro propio camino, efectuando nuestros propios descubrimientos, lejos de consejos de gurús que dicen saber más de ti que tú mismo, es llevar a cabo un viaje en solitario, sin guía, sin consejos, sin saber dónde acabarás ni cómo lo harás.
El viaje puede ser duro, cansado, aburrido, sucio o hasta peligroso. Puede que te arrepientas con todas tus fuerzas por haber cometido tamaña temeridad. Quizá tendrás la tentación de recoger los bártulos y regresar a casa. Pero no lo hagas. Aguanta un día más, o dos.
Al final, ya en casa, recordando tu aventura, tus padecimientos, y también algunos momentos buenos, la gente con la que hablaste, los instantes en que parecía que ibas a flaquear o que estabas perdido, pero te descubriste más competente de lo que te figurabas, entonces dibujarás una sonrisa en los labios. Y nunca te arrepentirás de haberlo hecho.
Walkabout
El Walkabout es un paseo en solitario que inician los adolescentes australianos a través del desierto durante medio año. Como ya hemos explicado en alguna ocasión, el desierto australiano, el outback, es un lugar particularmente inhóspito. De hecho, gran parte de este desierto nunca ha sido pisado por el ser humano, y en él se sospecha que se albergan toneladas de oro, entre otros misterios.
Tal y como lo explican en el libro Happy de Lonely Planet:
Para los aborígenes, este rito iniciático estaba estrechamente vinculado a la tierra. Los iniciados seguían antiguos songlines (senderos de canciones) o senderos de sueños y aprendían a hallar comida y refugio en las rocas y los árboles que sustentaron a sus ancestros. Y en dicha búsqueda alcanzaban la profunda conciencia de uno mismo que solo se logra con la soledad. Partían como niños y regresaban como hombres.
Imágenes | Kippelboy