Una de las mejores y más placenteras experiencias para mi, es la de viajar fuera de temporada. En esta época del año, dejando a un lado los puentes y fiestas señaladas en los que todo se satura como en verano, da gusto hacer viajes y escapadas cortas, sin encontrar aglomeraciones.
Normalmente, encontrarás ofertas tanto en los vuelos como en los alojamientos, por lo que además de ser muy agradable viajar cuando casi nadie lo hace, además es mucho más barato, para los que eligen noviembre, diciembre, enero y febrero para viajar.
Si te quedas en España, los colores del otoño alegran nuestras fotos y es una buena ocasión para visitar viñedos, olivares, bosques y montañas para disfrutar de la belleza de los paisajes.
Si decides salir al extranjero, los precios son mucho más baratos y si te diriges hacia zonas tropicales o al hemisferio Sur, también puedes disfrutar del verano mientras en nuestro país comienza el invierno.
Cualquier disculpa es buena: visitar a un amigo, recorrer un paraje desconocido, buscar setas, descubrir una zona aún no explorada, hacer el camino de Santiago o animarse a hacer un curso de submarinismo, por poner algunos ejemplos, pueden servirnos de excusa.
Compartir una taza de té o de café, mientras vemos como llueve fuera, o aprovechar la tarde para visitar un Museo sin que esté lleno de turistas es una opción estupenda. Es viajar por el gusto de viajar, sin motivo ni razón.
Es la época perfecta para organizar una cena a la luz de las velas, tras haber paseado por una ruta de senderismo. Es la época en la que los amaneceres y los atardeceres nos sorprenden con esos colores rojos inimitables. Los parques, los bosques, los montes están en su mejor momento, muy verdes y con colores anaranjados que nos recuerdan que el otoño tiene unos tonos preciosos.
Podemos pasar una tarde bajo una manta, al amor de una chimenea, disfrutar de platos de cuchara, sin miedo a engordar, -los jerseys gordos también se agradecen en ese sentido- y el viento en el rostro nos anima a despejarnos y aprovechar el día.
Si os gusta ver aves, es una época magnífica ya que muchas de ellas vienen a nuestro país buscando nuestro calor y la zona de las marismas es un excelente observatorio para disfrutar. Si preferís la micología, es época de setas y un paseo por el monte puede darnos magníficas recompensas.
En fin, cualquier razón es buena para disfrutar de un viaje, pero en esta estación del año, cuando no viaja casi nadie, es temporada baja en cuanto a los precios y podemos buscar frío o calor, según nuestras preferencias, da gusto viajar o al menos hacer pequeñas escapadas.
Imágenes | Pixabay.com
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