En esta serie sobre el transporte público asiático no podía dejar de lado uno de los medios de transporte que más recuerdo de mis días en Asia. Cómo olvidar las bemos, esas furgonetas tuneadas, cargadas de mercancías y de personas, con música a todo volumen, en las que sentía una seguridad nula.
Desplazarse por carretera en Indonesia ya es un reto en sí mismo. Ten en cuenta que es un país de relieve accidentado repartido en miles de islas, con carreteras estrechas, en mal estado, con continuas curvas y fuertes pendientes. Además, por lo general, no hay semáforos, ni señales de circulación, no se cede el paso y la distancia mínima entre vehículos no se respeta.
En ese panorama, la variedad de vehículos es muy amplia y, curiosamente, casi no hay turismos, sino que la mayoría son motos y bemos. Cuánto más remota es la isla, en peor estado suelen estar sus carreteras y, sin embargo, en todas ellas encontramos un elemento común: la bemo.
Aunque bemo es la abreviatura de becak motor, que en indonesio significa bicicleta a motor, esta palabra también se usa en Indonesia para referirse a minibuses o furgonetas adaptadas para el transporte público.
En una bemo trabajan dos personas: el conductor y y el ayudante, que es el que cobra y organiza el espacio dentro. El precio es muy económico, pero ten en cuenta que al ser extranjero es muy probable que quieran cobrarte más de lo establecido.
Según el tamaño de la bemo, deberían caber de 9 a 12 personas, pero la realidad es bien distinta. Como puede que la bemo sea la única conexión posible entre dos pueblos, se utiliza tanto para personas como mercancías. El espacio disponible es, exactamente, todo su interior, así que tendrás que sentarte encima de sacos de arroz, se te sentarán encima otras personas, tendrás que esquivar cajas de comida y tu equipaje, de ir en el techo, puede que tenga por compañero a un cerdo vivo, o aves de corral.
Es evidente, que estos vehículos andan justos de espacio, pero curiosamente sí que hay sitio para enormes altavoces bajo los asientos, en los que ponen música a todo volumen. Otro detalle que impacta es que, a pesar de su estado de conservación, no les faltan adornos tuning.
Si te planteas un viaje en transporte público recorriendo islas de Indonesia, deberías tomártelo con calma. El hecho de ser en muchas islas el único vehículo que viaja entre dos puntos les permite no tener un horario definido y, por lo general, la bemo sale cuando se llena, algo que puede ser muy desesperante.
En mi viaje de mochilero por el mundo intento estar en contacto con la población local, por esto y porque es más barato, siempre utilizo el transporte público. Entiendo que lo más recomendable, rápido, seguro y cómodo es alquilar un vehículo privado, pero a mí me apetecía más la experiencia de recorrer sin prisas, a ritmo indonesio, las islas de Java, Bali, Lombok, Sumbawa y Flores.
Fotos | Mar Serrano En Diario del Viajero | Transporte Público asiático. Filipinas: jeepney En Diario del Viajero | Tana Toraja, la tierra de los Toraja en Sulawesi, Indonesia