La isla de Bali en Indonesia es uno de los grandes atractivos turísticos a nivel mundial. Sin embargo, pese a que reabrió sus fronteras para el turismo extranjero el pasado mes de julio, Bali se cierra al turismo para prevenir la expansión de la covid-19.
Así, según comunicó su gobernador Wayan Koster, debido a que la situación sanitaria no es propicia para recibir turismo, la isla quedará cerrada para los turistas extranjeros hasta principios del próximo año 2021, o hasta ver cómo evoluciona la pandemia a nivel mundial.
En los próximos meses, los viajeros no podrán visitar ni sus playas de aguas turquesa, ni sus campos y arrozales ni sus templos hinduistas -peculiares en un país de religión musulmana- ni podrán asistir a las siempre maravillosas representaciones culturales y danzas que cautivan a todos los que visitan esta zona del mundo.
El destino indonesio reabrió la posibilidad de visitar sus lugares turísticos exclusivamente para los visitantes locales a finales de julio y aunque tenía previsto permitir el regreso del turismo internacional el próximo 11 de septiembre, ha decidido no reabrir hasta el próximo año, debido al aumento de contagios de coronavirus en el país.
La misma situación se está dando en otros puntos de Indonesia, y parece que Yakarta va a tomar una decisión similar, cerrando la posibilidad al turismo extranjero, con el fin de no perjudicar la imagen de Indonesia como destino turístico atractivo para el mundo entero.
A la vez que han cerrado sus puertas al mundo, el gobierno indonesio y el gobierno de la isla de Bali han comenzado a elaborar un plan para atraer turismo tras este cierre temporal. Parece una decisión inteligente, ya que transmite el interés por garantizar la seguridad de sus visitantes, ya que el turismo es una de sus principales fuentes de ingresos.
De hecho, en 2019, Bali recibió más de 6 millones de turistas extranjeros, lo que supone prácticamente una tercera parte del total de Indonesia por lo que esta decisión afecta seriamente a la economía del país. Pese a ello, debido al gran aumento de los contagios y por estar catalogada como zona roja para muchos países del mundo, ha sido la decisión más sensata.
Hasta que se pueda volver, nos quedamos con los mejores recuerdos de un país acogedor y atractivo para el turismo europeo en el que la práctica del yoga, los deportes de aventura y un fantástico paisaje submarino, atraen cada año a muchos visitantes, que regresan encantados por el trato recibido y la belleza de los monumentos y paisajes de la isla.
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