Dentro de las múltiples temáticas que pueden tratarse en una institución como un museo, la gastronomía es posiblemente una de las más tentadoras. Las costumbres de una cultura, de una ciudad, pueden transmitirse perfectamente a través de su cocina. Por ello los museos gastronómicos son siempre una buena alternativa.
En este caso, nos encontramos con el Museo del Ramen, obviamente en Yokohama, Japón.
Si nunca lo has probado, tal vez sea ésta la oportunidad para hacerlo. Este museo es para los fanáticos de este plato japonés que se origina en la cocina china y se encuentra presente por esos lares desde hace 4.000 años.
Si piensas que el ramen es sólo una sopa de fideos, te estás perdiendo parte del encanto del plato favorito japonés. Como todo por allí, el ramen tiene su historia, su significado, su forma de hacerse y de comerse.
En un principio, y hasta convertirse en el plato más popular que es hoy, este plato era conocido en Japón como Shina-soba o Chuka-soba, literalmente, "sopa de fideos chinos". La palabra ramen nace, probablemente, de la forma artesanal en que se elaboran los fideos: de la unión de los caracteres chinos "ra" (estirar) y "men" (fideo).
Suele consumirse en establecimientos de comida rápida, en puestos ambulantes o en casa, siendo uno de los alimentos más baratos que se pueden conseguir. Y aunque originalmente era un acompañamiento de la comida principal, hoy en día es un plato en sí mismo que soluciona el problema del almuerzo fuera de casa en horario de trabajo o la comida al paso cuando se está paseando, por ejemplo. En un puesto en la calle puedes pagar unos 600 yens (aproximadamente 5 euros) por un bol grande de ramen.
Los ingredientes son: fideos y sopa. Los fideos se elaboran con harina de trigo, agua, sal y kansui. En ocasiones, se utiliza huevo en lugar de kansui para darle a la pasta su característico color amarillo.
La sopa suele tener un ingrediente base: el pollo en el Shōyu ramen (y salsa de soja), los huesos de cerdo en el Tonkotsu ramen, miso y pollo en el Miso ramen o un liviano caldo de verduras en el Shio ramen. Pero hay muchísimas variantes y versiones locales.
Suele agregarse un huevo cocido, o algún trozo de carne para completar el plato y hacerlo más sustancioso. Por supuesto, se come con palillos, te ayudas con una delicada cucharita de porcelana y se bebe el caldo directamente del bol donde te lo sirven.
El Museo del Ramen abrió en 1994 y nos cuenta los hitos en la historia de este plato, como la introducción del ramen instantáneo en 1958. Técnicas, instrumentos, boles, decoración, recetas, variedades locales, secretos y trucos para lograr tu ramen personal están aquí.
Fotos | iMorpheus y keepon en Flickr. Sitio oficial | Museo del Ramen En Diario del Viajero | Cuba: qué y dónde comer y beber En Diario del Viajero | Cómo comer queso francés... en Francia En Diario del Viajero | Cómo se debe comer el pato pekinés en Beijing