Hay ciudades que, en principio, no tienen nada que las haga especiales. Admitámoslo: pueden ser incluso “feas”, y sin embargo, en el momento menos pensado te sorprenden con un lugar especial que hace que tu paso por ellas merezca la pena. Eso me sucedió a mi con el bazar del barrio musulmán de Surabaya, en Indonesia.
El bazar se instala al caer el sol; es decir, por la noche. Noches que, por cierto, son conocidas popularmente como las “noches árabes”; y es que a lo largo de la estrecha calle que lleva hasta la mezquita se instala un mercadillo tan auténtico, que parece sacado de un cuento de “Las mil y una noches”.
Olvidad los mercados enfocados al turista: el bazar del barrio árabe de Surabaya ha sido pensado por y para los habitantes de este distrito de la ciudad. Por este motivo, entre sus puestos no encontraréis ningún tipo de souvenir o la típica camiseta de “mi mejor amigo estuvo aquí”, pero sí jilbabs, cassettes, dátiles e imágenes del rostro de los imanes más importantes.
El efecto final lo consigue la tenue luz que ilumina la calle, creando una atmósfera verdaderamente de ensueño. Al final de la vía, la gran mezquita se alza imponente: si tenéis suerte, tal vez lleguéis a tiempo para escuchar la última oración del día.
Queda comprobado: algunas ciudades, por poco interesantes que parezcan a primera vista, esconden lugares que hacen que su visita merezca la pena. Es el caso de Surabaya y su bazar de las “noches árabes”: un lugar de cuento en el norte de la isla de Java.
Imagen | Carmen En Diario del Viajero | Los mejores mercados del mundo (I), (II), Indonesia: Volcanes en el Parque Nacional de Bromo Tengger Semeru,