Bagan es sin duda uno de los enclaves más míticos del Sudeste Asiático. Un espectáculo inmóvil de más de 3000 construcciones religiosas en una zona de 41 kilómetros cuadrados (lo que la hace perfectamente accesible para pasear tranquilamente en bicicleta). Pagodas, templos y estupas dominan el paisaje en Bagan, situado en la árida meseta del corazón de Myanmar, 145 al sudoeste de Mandalay.
Tras siglos de erosión, robos, terremotos, incluido uno muy potente en 1975, lo que queda en Bagan es un lejano vestigio de lo que otrora fuese. Intentos de rehabilitación por parte del gobierno dictatorial de Myanmar han conseguido estropear aún más el legado (reconstruyendo como les venía en gana en vez de siguiendo los patrones originales), así como por otro lado han logrado recrear una idea aproximada de lo que fue Bagan en su época de esplendor, antes de que los mongoles les invadieran y cambiaran su historia para siempre.