Memento mori: el teatro de los huesos de Ámsterdam (y más huesos en Roma y Berlín)

A todos os sonará la pintura que encabeza este artículo: La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, de Rembrandt. Lo que estáis viendo es una clase universitaria, donde los alumnos prestan atención a los tejemanejes del profesor con un cadáver. Fue pintado en 1632. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, que mide 169,5 centímetros de alto y 216,5 cm de ancho. Se conserva en el Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).

Esta clase de escenario plasmado en el cuadro se denomina teatro anatómico, y llegó a ser algo esencial para cualquier universidad que aspirara ser competitiva en el estudio de la medicina (en los primeros minutos de la comedia El jovencito Frankenstein se produce una hilarante secuencia que recuerda a estos teatros anatómicos… aunque sea por un pequeño descuido del protagonista).

En las regiones protestantes de Europa, por ejemplo, estos teatros anatómicos solían instalarse en capillas convertidas, a fin de poner de manifiesto que la Iglesia aceptaba los nuevos métodos de la ciencia.

Un buen ejemplo de ello es el caso de la Universidad de Leiden, en la que se construyó un teatro anatómico en 1596. Casualmente, Rembrandt se crió en Leiden, a 30 km de Ámsterdam. Actualmente, existe una reconstrucción del teatro en el Museo Boerhaave de la ciudad, tal y como explica Hugh Aldersey-Williams en su libro Anatomías:

Se trata de un espacio circular con gradas que tienen una inclinación empinada con el fin de que tantos espectadores como fuera posible consiguieran una buena visión de la anatomía, que tenía lugar en una mesa rotatoria situada en el centro de la sala. El teatro de Leiden ha sido adornado con esqueletos, tanto humanos como animales, entre los que hay un esqueleto humano que cabalga un esqueleto de caballo, sostenido con postes desde el suelo.

Esta curiosa disposición de huesos, un tanto macabra para el visitante lego, en realidad imita un grabado del siglo XVII del teatro, en el que hay esqueletos mezclados con la audiencia, y que llevan pancartas en las que se lee “Memento Mori y “Nosce Te Ipsum”. Traducido del latín: “Recuerda que morirás” y “Conócete a ti mismo”, respectivamente.

El teatro construido en Ámsterdam en 1619 tenía un diseño similar (…) En la actualidad, dicho teatro hace ya mucho tiempo que desapareció, pero la inscripción “THEATRUM ANATOMICUM” sigue estando sobre la entrada de una de las torrecillas de la Puerta de San Antonio, donde estaba situado.

Otros sitios de huesos

Si sois macabros y no tenéis suficiente con los teatros de huesos, tal vez os interese visitar, en Roma, una cripta decorada con huesos de 4 000 frailes: la iglesia de Santa Maria della Concezione dei Cappuccini. Consiste en una serie de túneles del siglo XVII donde los monjes capuchinos enterraron a los cadáveres siguiendo un escrupuloso procedimiento: primero los desecaban extrayéndoles todos los órganos y la sangre y a continuación los colgaban de las paredes, como si estuvieran expuestos en las estanterías de una tienda del horror.

Como todos los cadáveres están en posición vertical y todavía vestidos y conservando bigotes, dentaduras y algunos pelos, cuando avanzas por estos pasillos te da la impresión de que todos los muertos están clavando su mirada en ti.

El osario de Sedlec (kostnice Sedlec, en checo) es una pequeña capilla cristiana situada bajo la iglesia del Cementerio de Todos los Santos. Allí encontraréis nada menos que 40 000 esqueletos humanos situados artísticamente para formar la decoración y el mobiliario de la capilla.

Y bueno, aunque no se trata de una osamenta de verdad sino de una escultura inmune a la osteoporosis, también podéis encontrar un esqueleto humano de 14 metros llamada Habibi, obra de Adel Abdessemed, exhibida en la iglesia de San Juan Evangelista, en Berlín.

Fotos | Wikimedia | Wikipedia En Diario del viajero | Turismo vampírico: Serbia promociona su propio Conde Drácula | Ruta europea de cementerios

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