No dejamos de asombrarnos frente a las curiosas tradiciones que los pueblos desarrollan para acompañar su fe, sus pensamientos mágicos, su ilusión. En este caso, nos vamos de viaje imaginario a Bolivia para saber de sus calaveras protectoras.
Imagina encontrarte una cabeza humana, bueno... una calavera, en tu casa o en tu jardín. Esa experiencia a cualquiera de nosotros nos parecería bastante estresante. La viviríamos con sorpresa y hasta con miedo, sin dejar de lado un cierto escalofríos. En otro caso: ¿guardarías en un lugar destacado del salón la calavera de un ser querido?
El pueblo aymara boliviano celebra la muerte de un familiar como una oportunidad de tener a alguien cercano que interceda por ellos en el más allá. Convecidos de las ventajas de tener un "amigo" allí arriba, conservan su calavera con el mayor mimo y festejan cada año un día dedicado a todos ellos.
Una más de las costumbres curiosas que nos regala este mundo diverso y apasionante en el que vivimos.