Pues caminando por sus angostas calles y observando sus hermosos balcones de madera, muchos de ellos adornados con coloridas flores, el visitante llegará a la Plaza de Santo Domingo sobre la que se emplaza la iglesia del mismo nombre y, allí enfrente, ella.
Ella tiene nombre y es Gertrudis. Una mujer de muchas curvas y algunos kilos de más que no esconde sino que, por el contrario, muestra desnudos ante la multitud que se le acerca, la toca y fotografía.
Se trata de una escultura de Fernando Botero que se colocó allí en el año 2000. Una obra de 650 kilos que se ha convertido en irresistible para los viajeros y, por qué no, para la gente del lugar.
Es que además existe una creencia popular según la cual tocar los senos de Gertrudis asegura largas relaciones amorosas. Sí, éxito en el amor. Así, no es de extrañar que esa parte de su cuerpo luzca más desgastada que el resto. Por ello y, claro, por los que sin conocer la creencia quieren la foto graciosa del viaje.
En una plaza llena de bares, restaurantes y la escultura, no faltan tampoco los vendedores que se acercan intentando vender reproducciones de la obra. Vendedores que, muchas veces, arruinan la foto. Es por ello que, para fotografiarse con Gertrudis y sin la aparición de extraños en la escena, habrá que darse prisa.
Foto | María Sol Rizzo En Diario del Viajero | Colombia: consejos de seguridad