La gente más extraña que ha conseguido completar los 3500 km del sendero de los Apalaches

El sendero de los Apalaches es una caminata de 3500 kilómetros de longitud que recorre la costa Este de Estados Unidos. Es algo así como el Camino de Santiago pero con un cariz más laico. La descubrí hace poco a raíz de mi lectura Un paseo por el bosque, el divertidísimo libro de Bill Bryson en el que cuenta su hazaña recorriéndolo. Incluso Robert Redford está realizando actualmente la adaptación cinematográfica del libro.

El sendero se extiende por la Springer Mountain, en el estado de Georgia, y el Monte Katahdin en Maine. En un punto del texto de Bryson, se enumeran algunas anécdotas sobre personas que han conseguido recorrer todo el sendero completo (no es revelaré si Bryson lo consigue, para no incurrir en el spoiler).

Según Bryson, hay dos tipos de personas que completan el recorrido: los “senderistas del tirón”, que lo completan en una sola temporada, y los que lo hacen por tramos. Algunos, de hecho, se lo toman con mucha calma, haciendo un pequeño tramo al año. Hasta el punto de que el recorrido más lento del sendero de los Apalaches se completó en 46 años de tiempo.

Una de las personas que completó el tramo en menos tiempo fue Ward Leonard, allá por la década de 1980, que lo hizo él solo, sin equipo de apoyo, cargado con una simple mochila, en 60 días y 16 horas. Es una hazaña considerable si tenemos en cuenta que recorrer esos 3500 kilómetros en coche supondría unos cinco días de viaje en coche.

Bryson enumera algunos casos realmente anecdóticos:

Hubo uno que lo recorrió entero con los ochenta ya cumplidos. Otro lo hizo con muletas. Hubo un tipo, Bill Irwin, que, pese a ser ciego, recorrió el sendero de cabo a rabo con un perro lazarillo y se cayó aproximadamente unas cinco mil veces durante el trayecto. Puede que la más famosa de todos los senderistas que lo han completado (y desde luego es sobre la que más se ha escrito) sea Emma “abuelita” Gatewood, quien completó en dos ocasiones el sendero a los sesenta y muchos años de edad pese a ser una excéntrica y estar muy mal equipada, amén de ser un poco tonta (tontísima, en realidad, pero no quiero parecer descortés) y un peligro para sí misma, ya que constantemente se perdía por el camino.

Woodrow Murphy pesaba 160 kg y completó el sendero en 1995. Los primeros días apenas recorría siete kilómetros diarios. Al finalizar ya promediaba unos 20 kilómetros diarios. Perdió 24 kg.

Un gran porcentaje de senderistas salen de Georgia y llegan hasta Katahdin, donde acaba el camino, dan media vuelta, y lo recorren al revés. Como si fueran adictos al camino. Lo han recorrido toda clase de personas, incluso invidentes, pero muchos de ellos también abandonan (la mayoría, de hecho). Algunos aguantan unas horas las duras condiciones del camino y se rinden.

En mayo de 1991, el “ultracorredor” David Horton y un senderista de resistencia, Scott Grierson, se pusieron en camino con dos días de diferencia. Horton contaba con un equipo de apoyo esperándolo en encrucijadas y otros puntos estratégicos, y no necesitaba llevar consigo nada, excepto una botella de agua. Cada tarde lo llevaban en coche a un motel o una residencia privada. Promedió 61,6 kilómetros al día, corriendo unas diez u once horas. Grierson, mientras tanto, caminaba, pero le dedicaba a ello hasta dieciocho horas. Horton adelantó finalmente a Grierson en New Hampshire a los treinta y nueve días, y alcanzó su objetivo en 52 días y 9 horas. Grierson llegó un par de días más tarde.

A continuación podéis ver un vídeo completo de todo el sendero resumido en cinco minutos:

Imágenes | Wikipedia

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