Una vez en Cayo Guillermo sorprende lo blanco de su arena y lo transparente de su mar… nada más y nada menos. Es que se trata este de un pequeño islote de tan sólo 13 kilómetros cuadrados de superficie, con un sector de playas de cinco kilómetros y otro de dunas, algunas llenas de palmeras, que alcanzan los 15 metros de altura.
Un sitio paradisíaco en el que se alzan tan sólo cuatro emprendimientos hoteleros con el sistema de todo incluido. Son esas las únicas construcciones del lugar en el que manda la naturaleza. De este modo la diversión de los turistas pasará por largas horas en la playa o en la piscina, las actividades recreativas organizadas en los hoteles o las excursiones que pueden contratarse directamente en el lobby del hotel. Paseos en barco, snorkel en arrecifes de coral y almuerzos en alta mar son algunas de las opciones.
Es que Cayo Guillermo se encuentra muy cercano a una impresionante barrera coralina de 400 kilómetros lo que permite que este sea un increíble destino para quienes practican submarinismo. Aguas de temperaturas agradables, una gran visibilidad y una fauna marina colorida y diversa.
Claro que, sin dudas, uno de los mayores atractivos del cayo es la Playa Pilar a la que puede arribarse vía terrestre ya sea en taxi o en un simpático tren que recoge a los turistas dos veces por día en los hoteles y los regresa tres horas después. El viaje en taxi tiene un costo de 10 CUCs ida y vuelta, mientras que quienes decidan hacerlo a bordo del tren deberán abonar 5 CUCs por la ida y la vuelta. Allí los viajeros se encontrarán con una maravillosa playa a la que arriban luego de atravesar unas altas dunas con palmeras. Es esta una de las mejores playas cubanas, vírgenes, con anchas franjas de arena y aguas tranquilas y limpias.
Como lo hemos dicho, un excelente destino para descansar y disfrutar de la playa y los deportes náuticos. Un hermoso sitio digno de conocer por sus paisajes paradisíacos, su gran cantidad de vegetación y lo benévolo de su clima. Es que si existe el paraíso terrenal, entonces tiene un lugar en Cayo Guillermo, Cuba.