Situado a 20 kilómetros de San Gil, en la región de Santander, el pueblo de Barichara es un precioso pueblo colonial de origen español cuya característica más notable es la extrema tranquilidad en la que vive día y noche. Sus preciosas calles empedradas son testigo de un ritmo de vida parsimónico que atrapa a los viajeros desde el primer momento.
El pueblo se fundó en el 1705 en el lugar en el que a un campesino se le había aparecido la Virgen. Por ello, en el pueblo hay varias ermitas así como la magnífica y sobredimensionada (en comparación con el tamaño del pueblo) catedral de la Immaculada Concepción. El nombre de Barichara significa en dialecto guane, el grupo indígena que habitaba la zona, "lugar de descanso" y os puedo asegurar que dicho nombre se adecua perfectamente a la realidad.
El entorno en el que se encuentra es además exquisito: situado a 1.300 metros sobre el nivel del mar, se encuentra rodeada de montañas y campos hasta donde llega la vista. No obstante, las temperaturas durante el día son calurosas y durante la noche se goza de una frescura difícil de encontrar en la región caribeña.
Su centro histórico fue declarado monumento nacional en el año 1975 y en posteriores certámenes se le ha llegado a considerar en muchas ocasiones como el pueblo colonial más bonito de Colombia.
El pueblo se ha convertido en un pequeño centro turístico de fin de semana para los habitantes de ciudades como Bogotá. Es por ello que en él se han abierto algunos hoteles boutique, varios restaurantes y los servicios turísticos cada vez son más frecuentes. Sin embargo, durante los días de la semana reposa tranquilo y prácticamente vacío de viajeros.
Su gastronomía es excelente y hay de destacar los maravillosos platos preparados con carne de cabra, un animal muy típico de la zona. No obstante, el manjar que más sorprende son las famosas hormigas culonas, muy típicas de la región ya que las consumían originalmente los indígenas guane buscando sus efectos afrodisíacos y curativos. Se trata de un popular manjar tostado cuyo sabor recuerda al de los kikos salados. Sin duda, una pequeña aventura culinaria.
Llegar a Barichara es extremadamente fácil desde San Gil: salen busetas cada 30 minutos y cuestan 4.000 pesos colombianos (1,5 euros aproximadamente). El viaje no llega a la media hora y el paisaje durante el camino es digno de ser recordado. San Gil, por su parte, es un lugar bien conectado con autobús a grandes ciudades como Bogotá, Bucaramanga, Cartagena o Santa Marta.
Imagen | Adriana, Saúl Ortega En Diario del Viajero | Colombia Realismo Mágico, la campaña 2013 En Diario del Viajero | El Triángulo del Café en Colombia