En los últimos días, algunas compañías aéreas se apresuraron a anunciar billetes a muy bajo precio por cruzar el charco.
Ryanair ha sorprendido informando que pondrá en marcha una aerolínea intercontinental que a partir de 12 euros por trayecto volará a aeropuertos de segundo orden de algunas ciudades de los Estados Unidos.
Por su parte, la aerolínea canadiense Zoom Airlines comenzará a volar a partir del 21 de junio por precios también irrisorios.
He entrado en la web y un vuelo entre Londres (Gatwick) y el aeropuerto JFK de Nueva York, ida y vuelta cuesta 260 libras, que serían unos 380 euros.
Está muy bien que se expanda el mercado de las low-cost más allá de los océanos, pero muchas aerolíneas deberán pasar la prueba de fuego.
Los viajes son más largos y a lo mejor el pasajero reclame comodidades que por un par de horas se resignan, pero en vuelos de ocho horas no esté tan dispuesto.
Por otro lado, estaría bien que el bajo coste se extendiera a los vuelos hacia otras ciudades de América, que está resultando más barato viajar de Europa a Hong Kong que a Buenos Aires.
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