Volar es la forma más habitual que tenemos para hacer largos viajes y desplazamientos, en especial cuando son viajes que nos trasladan a otros continentes. Dejando de lado lo duro que estos largos viajes pueden hacerse para cualquiera, en ocasiones, las compañías obsequian a sus clientes con una subida de categoría pasando de clase turista a business o preferente.
Hoy os cuento cómo es la estupenda sorpresa que supone un Upgrade en un viaje aéreo (y qué puedes hacer para tener más opciones) de resultar agraciado con una de estas mejoras, si bien lo habitual es que estos casos se ofrezcan pagando un suplemento.
Viajar en Business no tiene nada que ver con viajar en clase turística
No es solo el mayor espacio entre asientos, o su mejor anchura y comodidad, o la sensación de pertenecer a una clase privilegiada. Son muchos los factores que cambian cuando uno viaja al otro lado de la cortinilla que separa a unos y otros tipos de pasajero.
En especial en un viaje largo, las diferencias son tremendas. Dormir en clase turística supone hacer equilibrismos mientras duermes sobre tu asiento reclinado, -que cada vez inclina menos grados- y el respaldo del de adelante, que parece que siempre reclina más que el tuyo.
Sin sitio para las rodillas y sintiendo de vez en cuando los empujones que vienen del pasajero de detrás, un viaje hacia Asia o hacia América en clase turista se hace mucho más largo y al llegar al destino lo normal es que estemos muy cansados.
En Business, el espacio es mucho mayor y por si fuera poco, la mayoría de los aviones y líneas aéreas cuentan con habitáculos que se reclinan hasta hacerse camas totalmente horizontales donde los pasajeros pueden dormir una gran parte del trayecto.
Otras comodidades
Champán al entrar, barra libre durante el vuelo, un menú de mucha más calidad y sin coste y sobre todo una excelente atención por parte de los miembros de la tripulación y auxiliares de vuelo, marca la diferencia entre una experiencia en clase turista y la clase preferente o business class.
Eso sí, estas diferencias tienen su precio, ya que la diferencia de tarifa en los billetes en una clase y otra, hacen que que el precio pueda ser el doble o el triple, siendo por eso asientos reservados para viajes de empresa, o de las clases más privilegiadas que pueden permitirse esos asientos tan envidiados.
Ese precio tan elevado hace que en la mayoría de los vuelos haya varias plazas de la clase Business que van vacías y en ocasiones son los miembros del personal de tierra, -los que nos hacen la facturación de equipaje o los que se encargan del embarque-, los que gestionan su posible ocupación.
Cómo conseguir un upgrade sin coste
Evidentemente, el personal de la aerolínea no tiene por qué subirnos de categoría, -y más sin coste para nosotros- pero hay circunstancias que pueden favorecer nuestro paso de turista a business.
Cuando hay overbooking y se han vendido más pasajes de los disponibles, una buena salida para la línea aérea es ofrecer un vuelo en clase preferente o business a quienes acepten esperar al siguiente vuelo.
Para tener más opciones, hay algunos consejos -que por más que puedan parecer obvios, debéis seguir, que a mí me han hecho conseguir esa mejora sustancial en algunas ocasiones.
1. Hazte tarjetas de vuelo frecuente o de fidelidad.
Normalmente, las aerolíneas premian a sus usuarios más frecuentes con este tipo de billetes cuando hay disponibilidad. Consultando las páginas de puntos, no es extraño ver ofertas para upgrade a cambio de los puntos. Pero más allá de estas ofertas, el ser un viajero frecuente puede dar buen resultado.
Si eres de esos pasajeros habituales y el día que vuelas vas pronto a facturar, vas bien vestido y sonríes, tratando al personal con amabilidad y educación, puedes sorprenderte con el resultado. El personal importante es el de los mostradores del check in y el personal del embarque.
Cuando hagas la facturación on-line o mejor dicho, el check-in, hazlo en cuanto se abra el período, -normalmente unas 36 horas antes de volar- porque así quedará constancia de tu deseo de volar y la disponibilidad de los billetes desde el primer momento y si hubiera vacantes es posible que te las ofrezcan a ti antes que a otro.
2. Antes de volar, pregunta a los encargados del embarque amablemente si está lleno el espacio de preferente
Luego espera al embarque y entra al final cuando casi todo el embarque esté completo. Manteniendo la sonrisa, puedes preguntar al personal de tierra si quedó algún sitio disponible y quizás y con suerte -incluso aunque tengan que acabar corrigiendo a mano tu tarjeta de embarque (ver foto) - el personal te puede cambiar a uno de esos asientos. A mí me ocurrió hace unos días en un viaje a Helsinki y me pasaron de economy class a business.
3. Si estás en circunstancias especiales, hazlo saber al personal de la línea aérea
Si te encuentras mal, tienes una pierna escayolada o cualquier otra circunstancia que condicione tu estado, díselo a los encargados del embarque. Muchas veces te pasarán a un asiento con más espacio, te colocarán en una salida de emergencia o incluso te pasarán sin coste a primera clase.
4. Mantén siempre las buenas formas
En caso de broncas a bordo, es frecuente que las azafatas o auxiliares de vuelo trasladen a business class al pasajero que "sufre" las molestias de un pasajero incómodo, borracho o que grita. Dada la crispación general, si te toca un mal compañero de viaje, lo mejor es mostrar educación.
Con todo, no es fácil conseguir esos cambios de tarifa, pero una sonrisa, un buen aspecto y paciencia y educación ayudan mucho a mejorar nuestro billete.
Incluso aunque fuera pagando, en ocasiones las compañías ofrecen estos upgrades a precio reducido a los clientes habituales, para invitarles a conocer en condiciones ventajosas estos asientos preferentes, que sin duda son mucho más cómodos, en especial en los viajes largos.