Cada vez recuerdo con más alegría el pasado viaje que hice a Filipinas, recorriendo la isla de Cebú y la pequeña isla de Malapascua, situada al norte de aquella. Fue un viaje en pareja, para descansar del trabajo de todo un año y fundamentalmente, buscábamos desconectar. Estuvimos barajando distintas opciones pero finalmente nos decidimos por este destino. Por si estáis pensando dónde viajar este año, aquí tenéis nueve razones para viajar a Malapascua, Filipinas.
No creáis que os harán falta más motivos para viajar a Filipinas y concretamente a Malapascua, basta con que deseéis estar en un lugar casi idílico, donde no encontraréis grandes lujos, pero sí que encontraréis la paz, la calma y el descanso perfecto.
1. Está suficientemente lejos para desconectar
Llegar a Malapascua es complicado. Tras un laaargo viaje hasta Filipinas, -en este caso fuimos directos al aeropuerto de Cebú donde pasamos una semana-, para llegar a Malapascua hay que hacer un viaje hacia el norte con un trayecto de unas seis horas en coche, y después cruzar en barco hasta llegar a la isla.
Casi se va un día en llegar pero os aseguro que es un lugar que merece la pena. Es muy pequeña. De hecho en este mapa de Google Maps apenas se ve. Es un punto en mitad del mar, al norte de DAanbantayan, en la zona norte de la isla de Cebú.
2. Por sus atardeceres rojos
Como la canción de Serrat, los atardeceres de la isla de Malapascua son perfectos para sentarse en la playa, pedir un cóctel o un zumo y dejarse llevar, disfrutando de los colores que cada día te sorprenden de una forma diferente.
3. Por sus arenas blancas y finas
La isla de Malapascua es la clásica isla pequeña que uno imagina, con sus palmeras, su vegetación casi selvática, y una arena fina y blanca por la que da gusto pasear descalzo. Muchos días, a la vuelta de las excursiones de buceo, me dejaba caer en la arena y me quedaba placenteramente tumbado "haciendo la croqueta" hasta recuperarme.
4. Por sus aguas turquesas y transparentes
Navegar en los barcos de buceo o de snorkle es gozar de las aguas color turquesa tan limpias y transparentes que te permiten ver el fondo, aunque esté a muchos metros de profundidad. Estos colores relajan la vista y te hacen sentir más feliz.
5. Si madrugas puedes ver amaneceres preciosos
En vacaciones uno no suele querer madrugar pero si sabes que los colores dorados y azules van a acompañar al sol en su subida y que las nubes de la noche se van a disipar conforme aprieta el calor, quizás sí vale la pena el esfuerzo.
En realidad, con la diferencia de huso horario, es fácil que los primeros días estés totalmente con el horario cambiado y no tengas sueño de noche y te despiertes de madrugada... Entonces, en lugar de desesperarte, merece la pena pasear por la orilla y hacer algunas fotos.
6. Por sus excelentes puntos de buceo
Hay mucho que ver en la isla y sus alrededores. Además del tiburón zorro del que os hablaré después, hay muchos puntos interesantes como Deep Slope, Lapus lapus, Blue Corner, Evo Reef o Chocolate Island. Cualquiera de ellos está en bastante buen estado, con abundante coral blando y bastante vida, en especial mandarines, nudibranquios, medusas, estrellas de mar y bancos de peces.
7. Por su gastronomía
En Filipinas se come bien. La cocina no es muy distinta a la nuestra y los platos acompañados de arroz y con especias nos resultan muy agradables. Además, son maestros cocinando pescado o pollo incluso en la parrilla, como podéis ver en esta foto.
Por si fuera poco, los precios son baratos y en la isla, se puede elegir entre varios restaurantes de cocina internacional siendo el de cocina italiana el más apetecible.
8. Por que puedes caminar entre las aguas
Una de las excursiones más bonitas es la que te lleva a bucear a Chocolate Island, una pequeña isla situada entre la gran isla de Cebú y la pequeña Malapascua. La isla tiene forma de tarta de chocolate pero junto a ella, hay otra islita llamada Kalanggaman que tiene en uno de sus extremos una lengua de arena de más de 200 m de longitud, que se eleva unos 15 cm sobre el nivel del mar, dejando el agua a ambos lados.
Un paseo por esa lengua de arena es emocionante, hay un momento que parece que estás caminando sobre las aguas y la sensación es difícil de describir. Imaginaos ese camino de unos 10 metros de anchura y que termina en el agua, sin conducir a ninguna parte.
9. Por el tiburón zorro o Threshere Shark
Solo por poder bucear y ver a uno de los animales más bellos y más difíciles de ver del mundo, el tiburón zorro con su larga cola ya valdría la pena hacer el viaje. Felizmente, aunque para ver estos tiburones hay que despertarse a las 4.30 de la mañana para salir bien temprano y estar en el spot donde se pueden ver a las 6.30, pude verlos dos veces y hasta grabé un pequeño vídeo en el que se les ve en movimiento.
Seguro que me entenderéis cuando digo que con estas nueve razones para viajar a Malapascua, Filipinas, ahora esté recordando el viaje que hice el pasado mes de noviembre y me haya entrado una nostalgia tremenda. En fin, al menos tengo las fotos para revivir muchos momentos felices que pasé en la isla.
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