Hoy en día esos trenes lujosos vuelven a surcar los caminos de hierro de la vieja Europa, llevando nombres que evocan los pasados tiempos de la desmesura, cuando todo país al este de Suiza era cuando menos pintoresco y los equipajes reventaban de champán y joyas de piedra gorda.
El Venice Simplon-Orient Express y el Royal Scotsman son hoy el paradigma del viajar con estilo a bordo del ferrocarril. Curiosamente, el Royal Scotsman es propiedad al 50 por ciento del grupo Orient Express. El Royal Scotsman parte de la estación de Waverley en Edimburgo a los sones de la gaita mientras los afortunados (y adinerados) pasajeros van recorriendo la alfombra roja cual estrellas hollywoodienses, y el resto de usuarios de la estación los contemplan con asombro y con envidia. Lenta y plácidamente, recreándose y dejándose ver, el convoy de nueve elegantes vagones de color rojo y oro inicia su marcha hacia las HIghlands esocesas.
Los 36 felices pasajeros (limite máximo) del Royal Scotsman deben pagar cada uno 4.500 euros por un viaje de 4 días, eso sí, con todo incluido. Qué menos por disfrutar del vagón (restaurado) que utilizó Winston Churchill a finales de la Segunda Guerra Mundial.
A bordo de los carruajes uno se siente como en una mansión victoriana, recargados de ornato y sillones mullidos y confortables. Absolutamente todo esta preparado para disfrutar, no sólo de la experiencia del viaje, sino también para sentirse inmerso en un ambiente de extremo lujo y opulencia. Los pasajeros pagan, no sólo por ir a las Highlands, también para sentirse "ricos" y "especiales". Están hartos del retorno a Brideshead.
Viajar a bordo del Orient Express de Londres a Venecia (dos días de travesía) cuesta nada menos que 2.000 euros por pesona en compartimento doble, mientras que realizar el antiguo recorrido del tren (Paris-Estambul en 6 días) cuesta la friolera de 6.000 euros por barba.
Sitio Oficial | Royal Scotsman | Orient Express Vía | Reuters