La experiencia de alojarse en un All Inclusive


Existen tantos tipos de viajes como viajeros en este mundo. Aventura, deporte, relax, compras, familia, cultura, gastronomía y la lista continúa. Pues si de relajarse, disfrutar, no pensar en qué hacer y ni siquiera en qué y dónde comer se trata, entonces un hotel All Inclusive o Todo Inlcuido es la mejor opción.

Claro, es que este tipo de establecimientos, que por lo general pertenecen a una cadena que cuenta con diferentes hoteles ubicados en los centros turísticos más importantes del mundo, ofrecen al turista toda su estadía resuelta: comidas, entretenimiento para mayores, diversión para los niños y demás servicios que se puedan necesitar.

El brazalete: tu acceso

Al registrarse en el hotel, inmediatamente se le colocará al pasajero un brazalete que lo identificará como una persona alojada en el lugar y, claro, con acceso a todas las instalaciones del establecimiento.

Se podrá observar que los menores de edad tendrán un brazalete de otro color que, entre otras cosas, alertará a los empleados al momento de servir las bebidas. Nada de alcohol para ellos.

Luego, de seguro se le informará a los viajeros de los horarios y los restaurantes habilitados. Información que también figura en unas sencillas guías que se entregan antes de llegar a la habitación o que, incluso, los esperan en el escritorio de la misma.

Comer y beber

Sin lugar a dudas si de alimentarse y beber se trata, es este el sitio ideal. Claro, dado que los All Inclusive ofrecen a sus clientes la posibilidad de acceder a alimentos y bebidas durante casi las 24 horas.

Por lo general, cuentan con un restaurante buffet y algunos otros restaurantes temáticos o dedicados a distintos tipos de cocina los cuales necesitan de reserva previa para poder ser disfrutados.

Así, en el buffet se sirve el desayuno, el almuerzo y la cena, mientras que en el resto solo la cena.

Además, para comer algo durante el día, los hoteles ofrecen el servicio de snacks y, claro, un bar abierto en el que se puede elegir entre todo tipo de bebidas, alcohólicas o no.

Siempre habrá que prestar especial atención a los horarios, para no perderse de nada y poder probar todo.

Entretenimiento

Para aquellos que no son amigos del relax, de echarse a disfrutar del sol o de nadar tranquilos en el mar o en la piscina, este tipo de hoteles ofrecen una interesante agenda de actividades.

Así, durante el día los animadores invitan a los huéspedes a sumarse a juegos y demás actividades tales como clases de baile, deportes náuticos y concursos. Mientras que quienes viajan con niños podrán dejarlos con total tranquilidad en un espacio especialmente pensado para ellos con personal que los mantendrá entretenidos.

Además, algunos hoteles, cuentan con la posibilidad de disfrutar de gimnasio, sauna y spa, entre otras cosas.

En tanto, durante las noches la mayoría de los All Inclusive ofrecen shows, juegos y demás actividades y, los que poseen, invitan a los viajeros a disfrutar de la discoteca para bailar, escuchar música y divertirse, sin necesidad de salir de las instalaciones del hotel.

Otros servicios

Como la idea de los All Inclusive es que los huéspedes encuentren allí todo lo que necesitan y no tengan que buscar casi nada afuera, los establecimientos ofrecen, en su mayoría, los siguientes servicios:

  • Toallas y tumbonas.
  • Cajas de seguridad.
  • Conexión a Internet.
  • Banco o la posibilidad de cambiar dinero.
  • Stands de agencias de turismo para contratar excursiones.
  • Enfermería.
  • Tienda de recuerdos.
  • Minibar.

Foto | María Sol Rizzo
En Diario del Viajero | Alojamiento

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