Este deporte tuvo sus orígenes a fines de 1979 en Inglaterra, cuando un grupo de estudiantes de la Universidad de Oxford decidieron arrojarse al vacío, sólo atados de los pies y amarrados de un puente, en la ciudad de Bristol. A partir de allí, se fue transmitiendo boca a boca entre los estudiantes de las universidades más importantes del mundo, quienes en poco tiempo, comenzaron a desarrollarlo como una actividad deportiva.
Para practicarlo no se requiere ningún tipo de capacitación previa, aunque sí es aconsejable que si te decides a vivir una experiencia bungee, acudas a un médico antes de lanzarte a esta aventura, para corroborar que tu estado de salud sea óptimo y que tu corazón te acompañará no sólo en la caída, sino en los cinco minutos en los que permanecerás balanceándote de un lado a otro, viendo el mundo “patas para arriba”. Algo a tener en cuenta es que los seguros médicos que brindan cobertura por accidentes, suelen aplicar un plus por la práctica de deportes de alto riesgo y algunos de ellos directamente no la brindan queriendo deslindar responsabilidades en caso de que algo suceda, así que cuando contrates este servicio asegúrate de que te ofrezcan una cobertura acorde para esta actividad.
En la actualidad, los tres países más elegidos por los viajeros para hacer este deporte son Estados Unidos, Francia y Nueva Zelanda. En Europa, Suiza y Austria son los favoritos, sobre todo en invierno, ya que se le agrega a la experiencia la posibilidad de tener una maravillosa vista de los picos nevados. Si te gustaría vivir esta experiencia pero no te animas, te doy un dato: los expertos aseguran que debido a la excelente calidad de los arneses y sogas que utilizan los operadores para la práctica, es muy bajo el porcentaje de accidentes y muertes.
Con este dato quizás juntes fuerzas para tomar la decisión de colocarte el arnés, extender los brazos, respirar hondo y ¡a disfrutar del salto!
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