Viajar en autocaravana por el sur de Francia: qué no puedes perderte y dónde quedarte

El verano es para disfrutarlo también en familia y la posibilidad de viajar con la casa a cuestas, parando allá donde nos lleve la vida en estos tiempos que corren es una opción segura y feliz. Al igual que hicimos con nuestro recorrido por Galicia hoy os proponemos viajar en autocaravana por el sur de Francia, con recomendaciones de qué no puedes perderte y las áreas dónde quedarte.

Porque hacer un recorrido de oeste a este por el sur de Francia, casi en línea con los Pirineos nos proporciona naturaleza y playas y sobre todo, historia. Además es un viaje agradable perfectamente integrado en el concepto slow-life que tanto nos está gustando ahora mismo.

Vamos a aclarar una serie de detalles básicos: en Francia todas las autopistas y autovías son de pago, y para las autocaravanas y campers, debido a su tamaño, puede llegar a ser casi lo doble que en un turismo, así que lo mismo una gran opción es ir por carreteras libres de cargas, peores, pero desde luego mucho más pintorescas y con mucho más que ver.

Haciendo un recorrido de oeste a este vamos a proponeros una serie de paradas, pero que ya sabéis que son un poco orientativas. Lo bueno de los viajes con autocaravana es que te puedes autogestionar y parar donde quieras, y además Francia es el lugar perfecto para aparcar en granjas, y disfrutar del campo.

Iniciamos viaje en Biarritz en el País Vasco Francés.

Iniciamos viaje en Biarritz, la preciosa localidad del País Vasco Francés que tiene 6 km de plaays de arena fina en las que hay muchas algas. Esta proliferación de vegetación marina es la razón por la que la talasoterapia es una de las grandes atracciones de la localidad. No dudéis en aparcar vuestra autocaravana y daros un chapuzón en la Playa Port Vieux, con el puerto viejo, la Playa Milady y Playa Marbella.

En la localidad hay varias opciones de parking, como Aire de Parking o CampingCar Biarritz. Por cierto entre una y otra área está San Juan de Luz, lugar muy merecedor de una visita.

Capbreton y sus ocho playas de arenas finas

A pocos minutos de Biarritz está esta localidad costera del oeste francés, donde se dice que disfrutan de la buena vida como pocos en Francia. Capbreton, ese trozo de la costa de las Landas, cuenta con 8 playas de arenas muy finas, muy buen ambiente y un puerto de lo más bonito para pasear. De las muchas áreas para estacionar la caravana que os podéis encontrar por la zona, quizás una de las mejores sea esta en las propias afueras de la ciudad.

Pau, la perla de la Nueva Aquitania

La ciudad de Pau fue en el siglo XIX el lugar elegido por los ingleses para veranear. Toda la ciudad y el casco histórico gira en torno al castillo que perteneció a Enrique IV de Francia (y III de Navarra). Es un lugar perfecto para callejear y empaparse de historia. No muy lejos de allí está también Lourdes, por si tenéis un fuerte sentimiento religioso y queréis ir al santuario. La pernocta podéis optar por hacerla en Pau o en Tarbes, o incluso en el área de autocaravanas de Cazères

Toulouse, la Ciudad Rosa

Saliendo de la zona anterior lo ideal es poner rumbo a Toulouse, que está a escasas dos horas y media, lo que lo convierte en un viaje con parada de lo más descansado. La capital de la región de Occitania se conoce como la Ciudad Rosa por los ladrillos de terracota con los que se construyeron muchos de sus edificios. Es también la tercera ciudad universitaria del país. Hay que hacer parada obligada por la Basílicas de San Sernín, que guarda muchas reliquias y que la convierten en núcleo de peregrinación del Camino de Santiago.

El área perfecta para quedarse es Cité de l'Espace, que es gratuito y cuenta con todas las comodidades, aunque también tenéis el Camping Le Rupé, que sí es de pago y no precisamente barato.

Carcasona, la ciudad medieval que dio lugar a un juego de mesa

Carcasona es parada obligada. La espectacular ciudad medieval amurallada es como entrar en otro siglo, así que toca aparcar la autocaravana en las afueras, como en el Parking La Cité, o este otro. Su orígenes se remontan más allá de los romanos y en el siglo IV se construyó el primer castillo y un recinto amurallado del que todavía hay muchas partes visibles. La ciudadela fue ocupada por visigodos, sarracenos e incluso musulmanes. En la ciudadela medieval viven unas 50 personas y se accede a ella por cualquiera de sus dos puertas: Porte Narbonnaisse al este y Porte de l'Aude al oeste.

Narbona, la que más cerca está de España

Narbona es una maravilla francesa que está ganando adeptos a pasos agigantados. Está muy cerca de la frontera con España y es todo un bastión del patrimonio histórico y artístico, donde nos podemos encontrar tesoros que alcanzan los 2.500 años de antigüedad. Aunque es un lugar pequeño, bien vale una visita con calma, así que podéis aparcar en el área de autocaravanas de las afueras de Narbona y disfrutar de la ciudad y de los alrededores.

Montpellier, el fin de nuestra ruta

Terminamos el recorrido, que ya sabemos que puede ser mucho más largo, en Montpellier, una ciudad tremendamente elegante y señorial en la que hay más de 207 edificios catalogados como históricos. Hay que pasear por la Place de la Comédie, construida en el siglo XVIII, y que constituye uno de los espacios peatonales más grandes de Europa. En el centro de la plaza está la Fuente de las Tres Gracias. También hay que rendirle visita a la Torre de Babotte, un resto de las antiguas murallas de la ciudad y por supuesto la Catedral de San Pedro.

Imagenes | Pixabay y Didier Descouens, Tangopaso

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