Cuando uno va al Londres hay una serie de cosas que se tienen que hacer si se quiere vivir la experiencia completa: bus doble, fish and chips... y un té en condiciones. Por supuesto que hay montones de sitios, pero la experiencia del Soho's Secret Tea Room te ofrece un clásico té inglés en un lugar escondido.
Por supuesto que no es el más elegante de la ciudad, evidentemente el Ritz o en Fortnum & Mason son la opción si quieres glamour a raudales, pero aquí se te presenta la oportunidad de vivirlo de manera clásica y en un lugar lleno de encanto que o te cuentan dónde está o no encuentras, de ahí que sea secreto: escondido en la parte de arriba de un clásico pub.
En pleno Soho londinense, detrás del Palace Theatre y a un paso de Chinatown encontramos el Coach and Horses, un pub tan típico como podemos encontrar miles en la ciudad, pero esconde un pequeño secreto en su interior: una escalera que nos llevará al Soho's Secret Tea Room, un salón de té clásico donde todo se vuelve tradición dulce.
Lo normal es que entres y te des dos vueltas por el local, que tampoco es demasiado grande, hasta que o bien te ven la cara de despistada y te preguntan si buscas el Tea Room, o bien eres lo suficientemente osada como para colarte en dentro de la barra y cruzar esa puerta en la que hay unas escaleras que te llevan al piso de arriba. En nuestro caso ya nos preguntaron abajo si teníamos reserva.
Una vez arriba te reciben dos chicas absolutamente sonrientes a las que pides tu mesa, en nuestro caso la reserva la hicimos desde España y nos la confirmaron en seguida, recomendable si no quieres llevarte la sorpresa de que no haya sitio. El ambiente es totalmente vintage y tienes como una sensación de transportarte a un salón de té de los años 40, con tus manteles de puntillas, sus estantes y chimeneas. La foto está hecha justo cuando nos fuimos y ya no quedaba nadie, pero os aseguro que estaba lleno.
Una vez allí la opción es tuya: elegir aquello que más te apetezca de la carta, tanto en cuestión de tés e infusiones como de tartas caseras, dejarte aconsejar o bien el classic afternoon tea. Por supuesto es lo que elegimos nosotras, y eso que veis en la foto que encabeza el post es un té para una persona. La camarera nos preguntó si teníamos mucha hambre y que si no lo mejor era compartirlo: té, tarta, scone (se habían quedado sin ellos y nos lo sustituyeron por un trozo de tarta más), macaroon y seis sandwiches.
El local, con su suelo de madera, sus sillas diferentes, sus manteles uno de cada casa, su porcelana clásica pero desparejada, ni platos ni tazas ni azucarero ni tetera o lechera van a ser iguales, lo que le da un cierto tono de tu propia casa sin perder la tradición al servirlo. Otra cosa, la tetera nos dio para tres tés con leche a cada una, sin escatimar. Y las tartas de lo mejor que he probado en mucho tiempo, caseras y exquisitas.
Lo que hay en los estantes es antiguo, y si acercáis la imagen veréis eso que tanto le gusta a los ingleses: porcelana conmemorativa de reyes y reinas, además de cucharillas hechas para ocasiones especiales. Si os gusta mucho está todo a la venta, e incluso tienen bolsas de lona del local para que te lleves un recuerdo.
Fue una experiencia totalmente recomendable en un local que ofrece un té clásico como mandan los cánones, servido por gente amabilísima y que encima no llega a las 20 libras, lo que es desde luego un trato fantástico. Por supuesto que todos queremos la experiencia del Ritz, pero esta es mucho más mundana y cercana a todo aquel que no busca sentirse en el salón de Downton Abbey. De imprescindible visita si vais a Londres.
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