La búsqueda de viajes que escapen de las clásicas experiencias de turismo tradicional está en aumento. Desconectar y renovarse es la tendencia que no deja de crecer a pasos agigantados,así que aquí estamos siempre dispuestos a encontrar nuevas opciones y nos hemos topado de bruces con Casa Bemberg, un retiro espiritual en la Selva Misionera argentina.
La Selva Misionera es un destino ideal para desarrollar plenamente este tipo de viajes gracias al especial poder que esconde en su interior, y las Cataratas del Iguazú, como núcleo de esta fuerza natural, son su símbolo más emblemático.
Retiros de yoga, meditación, y encuentros donde poder confluir con uno mismo, son algunas de las escapadas más perseguidas. Las opciones son muchísimas y el público busca cada vez más opciones que ofrezcan agenda de actividades saludables, en contacto con la naturaleza, pensadas especialmente para fortalecer el cuerpo, la mente e incluso con ofertas gastronómicas que armonicen con el concepto integral. En medio de la profundidad de esa Selva Misionera está Casa Bemberg, una reserva natural privada a 35 minutos de las cataratas y rodeada de senderos, cascadas, ríos, vegetación y fauna autóctona. Un completo paraíso de turismo sostenible.
Casa Bemberg es una antigua construcción que data de 1930, situada sobre las barrancas del mítico río Paraná y con una interesada y atractiva historia relacionada con los pioneros y fundadores de Puerto Libertad: Otto y Federico Bemberg. Una casona de techos altos, grandes ventanas, espacios amplios y luminosos y una seductora vista del río.
Con toda la calidez que caracteriza una casa familiar, es una alternativa de alojamiento pensada para los amantes de la intimidad, para todos aquellos que buscan disfrutar de la tranquilidad y la paz del entorno. Y perfecta para explorar la selva y las Cataratas de Iguazú.
El establecimiento cuenta con 5 habitaciones distribuidas en dos plantas (3 dobles de cama grande y 2 dobles twin), pudiendo convertir alguna de ellas en triple. Todas con baño privado, aire acondicionado y ventilador de techo. En los los espacios comunes, los huéspedes podrán disfrutar de una sala de estar con una exquisita decoración de época, una biblioteca que invita a sumergirse en la lectura y un comedor.
No todo tiene porque ser descanso
Si no quieres únicamente un retiro espiritual en el que estar observando cómo crece la hierba o disfrutando de la piscina también te pueden ayudar las salidas en kayak por el río Paraná, las caminatas por la selva, salidas en bicicleta o más actividades que tienen preparadas:
- Avistamiento de Aves e Historia Natural, recorriendo por los senderos de la Reserva Puerto Bemberg de casi 300 hectáreas, acompañados por guías especializados en naturaleza.
- Puedes utilizar las bicicleas por tu cuenta o salir en una de las actividades programadas a visitar las Minas de Santa Catalina.
- Unirte a un recorrido Histórico para visitar la Capilla y Museo Andrés Johnson y que termina con una degustación de Guarapo.
- Un Té tradicional, con el objetivo de conocer más acerca de la yerba mate, sus usos y costumbres, degustando un mate cocido típico de Misiones.
- Se puede también asistir a una clase de cocina regional, para aprender a cocinar platos típicos como chipá, antipasto misionero, sopa paraguaya, surubí, pacú...
- También un** paseo en lancha por el Río Paraná y visita al salto Yasy**.
Más opciones dentro de la Reserva Puerto Bemberg
Es que además las opciones para quedarse no terminan en Casa Bemberg, sino que la propiedad cuenta con dos establecimientos más que harán las delicias de la gente. Para alojarse está la Posada Puerto Bemberg, con 14 habitaciones con amplios ventanales con vistas a la selva y un patio propio. Todas las habitaciones han sido delicadamente decoradas manteniendo su estilo colonial. El hotel cuenta con un Restaurante Gourmet con cocina de autor internacional y regional, una piscina rodeada de selva, y actividades de navegación, trecking e interpretación.
Para celebraciones está La Jagada, ideal para eventos sociales o corporativos en medio de la selva. Puede albergar hasta 120 personas sentadas y está justo al lado de la capilla histórica que data de 1930 y que fue diseñada por el arquitecto Alejandro Bustillo.
Imagen | Casa Bemberg