Nueva York podría cambiar por primera vez en muchos años sus característicos contenedores de basura

Los contenedores de metal de Nueva York han formado tanto tiempo del paisaje urbano que se han vuelto ya tan icónicos como los rascacielos, los taxis amarillos o Woody Allen, sin embargo, son un engorro por muchos motivos.

Para paliar todos los problemas que ocasionan estos contenedores, por primera vez en mucho tiempo se ha planteado un rediseño y un lavado de cara que propiciará que Nueva York tenga un aspecto particularmente distinto a partir de ahora.

Problemas de peso

En la ciudad de Nueva York hay una 23.000 enormes canastas de acero que son contenedores de basura o papeleras gigantes, según queramos denominarlo. Su uso alcanza la década de 1930, así que han formado desde "siempre" parte de la ciudad. Sin embargo, ocasiona no pocos problemas.

El primer problema es que pesan mucho. El peso de una de estas basuras es de unos 13 kg cuando están vacíos. Eso significa que los basureros tienen que levantar mucho peso cuando las vacían. Por eso no es extraño que los trabajadores en este sector tengan una tasa de lesiones fatales de 33 por cada 100.000 trabajadores, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.

La amplia apertura del contenedor de malla también permite que la basura invita a los residentes y dueños de negocios a tirar desechos voluminosos en su interior. Las ratas de la ciudad entran y salen fácilmente de las canastas. Y su estética no es del agrado de todos.

Por todo eso, desde hace unos días se ha anunciado un nuevo diseño para contenedores de basura públicos. La entrada ganadora, realizada por un estudio de diseño llamado Group Project, es más elegante: un contenedor de plástico resistente en parte ubicado dentro de un soporte de metal.

El material exterior puede resistir la rutina diaria de las calles de Nueva York, mientras que el contenedor interno es extraíble y pesa solo 3 o 4 kg, lo que facilita a los trabajadores de saneamiento vaciarlo en sus camiones. Una barra transversal en la parte superior de la canasta funciona como una bisagra para la tapa y una barrera para evitar que las personas arrojen basura a granel, que a menudo desbordaba los contenedores.

La ciudad pondrá a prueba los nuevos contenedores en este mes para ver cómo aguantan los inviernos de Nueva York. Después de los últimos ajustes, se espera enviar el producto final para la producción en masa.

Para un mueble urbano aparentemente tan simple, el proceso de diseño no fue fácil, según el líder del equipo del Group Project, Colin Kelly:

Una lata de basura para el hogar es una cosa, pero diseñar una lata de basura para que millones de personas lo vean todos los días y que suporte la cantidad de abuso y desgaste de su uso masivo, fue un gran desafío.

Por ejemplo, después de la prueba piloto inicial, el equipo de Kelly tuvo que modificar su diseño para mejorar el drenaje en días lluviosos.

El primer concurso de diseño de contenedores de basura realizado por la ciudad se remonta a 1930. El proyecto ganador, un contenedor de metal adjunto a un poste en la calle, no es lo que se usa hoy en día, pero el ganador, un estudiante de arte de Chicago, recibió 500 dólares. Ya era hora que se actualizaran, a pesar de que podamos perder una imagen icónica.

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