"Esto a veces es un auténtico circo", Austin Taylor, coordinador de la Cruz Roja, se lamenta ante la multitud de turistas que se agrupan detrás de las barreras puestas por la policía para evitar que invadan la zona de atención a los inmigrantes.
Los inmigrantes africanos que llegan en pateras a las islas Canarias, se han convertido en una atracción exótica para los miles de turistas que pasan sus vacaciones lejos del lugar de donde no deberían haber salido.
"¿Cuándo llegan?", "¿De dónde vienen?", preguntan los turistas con sus bermudas puestas y una cerveza en la mano mientras contemplan cómo la Cruz Roja prepara los dos hospitales de campaña para acoger a los ocupantes de un patera a 40 millas de distancia.
Turismo del morbo. La gente tiene de todo y se ha quedado sin nada en el interior. Se buscan nuevas perspectivas para sus vacaciones y con ello no se tiene en cuenta ni los principios ni la ética. Contemplan a los inmigrantes y esperan contagiarse un poco de la emoción y el trance que experimentan pero se van a casa con unas fotos y el alma vacía.
Para experiencias nuevas, quizás sería conveniente subirlos a todos en la patera y mandarlos a Dakar.
Vía | Vanguardia